En este momento vivimos en una sociedad cargada de estímulos: colores, sonidos, olores de todo tipo que hacen lo posible para captar nuestra cada vez más sobrestimulada atención, y en ocasiones, debido a esto, cada vez más dispersa. A pesar de todos los avances que se han producido debido a la introducción de todas estas fuentes de estímulos hay hábitos que no debemos perder, en el mejor de los casos, o que, en el peor, debemos crear como por ejemplo, la lectura.