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Un 360º sobre la metodología TEACCH y su relación con el autismo

La metodología TEACCH es una de las más usadas para tratar a niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) desde hace más de 70 años gracias al doctor Eric Schopler. Cuando se habla de un método de aprendizaje de este estilo, se ha de tener en cuenta que no supone una enseñanza tradicional ni de conocimientos académicos, sino la mejora de la calidad de vida de los menores que lo padecen.

El tratamiento y educación de niños con autismo y problemas asociados de comunicación o método TEACCH, por su abreviación, parte del entendimiento de las necesidades, los intereses, las motivaciones, además de las edades y el contexto en el que se desarrolla cada niño. Es importante aclarar que, una vez conocido y evaluado preliminarmente al menor, el entrenamiento se desempeña individualmente.

Los niños que padecen autismo, cuentan con un trastorno del espectro autista muy amplio, lo cual imposibilita una manera estandarizada de abordar los casos. Cada paciente es único al igual que su autismo. Por ello, los especialistas en esta materia, como se mencionó anteriormente, deben abordar esas motivaciones, intereses y características particulares de cada niño para intervenir de una manera adecuada.

Estrategias de intervención

Para interactuar con personas con autismo, existen 3 estrategias básicas dentro de las que se encuentra la metodología TEACCH. Aunque existen más, la publicación de hoy se centrará en las más relevantes. A continuación, un breve resumen de ellas:

Aprendizaje sin error: para los seres humanos sin capacidades disminuidas o sin autismo, el aprendizaje está focalizado en el ensayo y error. Desde pequeños aprenden que las acciones realizadas tienen unas determinadas consecuencias independientemente si estas son negativas o positivas, provocan una respuesta en el cerebro que se traduce en aprendizaje. Para los niños y las personas con autismo los métodos tradicionales de la enseñanza de prueba y error no funcionan.

Los Expertos en Atención Temprana deben abordar una estrategia sin el error, es decir, que si el niño inicia su ciclo de formación, pero se ve que tiene riesgo de hacer un fallo en cualquier juego o instrucción dada, se ha de frenar la acción y guiarlo para que no caiga en la equivocación, ya que puede llegar a frustrarse y no volver a intentarlo nuevamente.

Encadenamiento hacia atrás: como se ha mencionado en apartados anteriores, los niños con autismo requieren ayudas especiales durante su proceso de desarrollo y crecimiento. En este caso, la estrategia de encadenamiento hacia atrás, consiste en ir retirando progresivamente las ayudas, conforme el niño va alcanzando los objetivos. En la educación de niños con autismo, este proceso debe ser paulatino. Cuando se ve que la habilidad o destreza se ha adquirido forma correcta y de manera autónoma, se le retira una parte de esa ayuda hasta el punto en que el acompañamiento ya no sea necesario. De esta forma, se empodera al menor de tareas diarias básicas para que pueda realizarlas y ser autosuficiente en ese ámbito.

Apoyos visuales (Metodología Teacch): esta metodología favorece la comprensión de la persona, ayuda a que el menor pueda anticipar los acontecimientos y acceder a las actividades que se le plantean. La anticipación es clave, ya que estos niños se encuentran en un mundo en el cual no saben lo que va a pasar. Son incapaces de hacer procesos lógicos de anticipación, lo cual les produce mucha incertidumbre, sobre todo a aquellos que tienen conductas extremas de inflexibilidad. Niños que quieren siempre un mismo orden durante el día y una rutina estricta. Si algo se altera dentro de esta determinada estructura, pierden los estribos y se desmoronan emocionalmente, por lo que, mejorar la habilidad de anticipación es fundamental en su tratamiento.

Ventajas de la Metodología

Dentro de la metodología TEACCH, es fundamental comprender el contexto y favorecer situaciones comunicativas, sobre todo en los niños que presentan una comunicación no verbal, para que puedan hacer elecciones futuras. Como en el momento de comer, decidir si quiere visitar algún sitio, escoger la ropa que quieren usar, o el juego que practicar, por ejemplo. Al enseñarles imágenes con las alternativas que tienen, los niños serán capaces de tomar decisiones respecto a su vida diaria, dándoles autonomía y evitando el aislamiento.

¿Cómo es el apoyo visual?

Al igual que las señales de tránsito son necesarias a la hora de conducir, estos apoyos visuales son necesarios para los niños autistas en la mejora de su vida diaria. Estas herramientas pueden ser tan diversas como la imaginación lo permita, el caso de autismo del menor y sus características. No todos los niños llevan el mismo progreso educativo ni tienen el mismo ritmo de aprendizaje, por lo que estos apoyos se adaptarán a las necesidades de cada uno.

El desarrollo del elemento visual puede ir desde un objeto real, imágenes de partes o miniaturas del objeto, una foto, un dibujo o pictograma, o incluso pueden ser ilustraciones de texto para aquellos niños que hayan logrado desarrollar el lenguaje sin ningún tipo de problema. También, estas herramientas se pueden mezclar entre sí, imágenes con miniaturas y textos, dependiendo del avance del niño y las habilidades que ya haya adquirido, cambiará el nivel de dificultad y las posibles combinaciones de los apoyos visuales.

Estructurar adecuadamente estas herramientas dependerá del espacio en el que se desarrolle el menor, la temporalidad que se determine para su aprendizaje y del sistema de trabajo que se organice de manera individualizada y adaptable a las circunstancias individuales del niño.

¿Cuándo son necesarios?

Son necesarios en cualquier ámbito de la vida del pequeño, incluso si no tienen dificultades lingüísticas, son una herramienta clave en el desarrollo y aceleración de la comprensión del mundo que lo rodea y en la adquisición de independencia como persona. Además estos elementos ayudan a mejorar las relaciones sociales, la adaptación a los cambios, a darle un significado al entorno que los rodea, a mejorar su conducta y así evitar frustraciones.

Con el tiempo esta metodología no solo se ha aplicado a niños con autismo, sino que ha trascendido para ayudar a niños con otras discapacidades y eventualmente llegará a ser parte de la vida cotidiana de todas las personas para contribuir con el desarrollo de una sociedad más abierta a todo tipo de poblaciones.

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