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Una rutina de cuidado facial sencilla pero efectiva

Aunque no lo parezca, la piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y es el encargado de protegerlo de todos los agentes externos. Por ello, su cuidado y protección es fundamental. El artículo de hoy presenta una serie de consejos prácticos y fáciles de seguir, los cuales enseñan cómo cuidar la piel, y los hábitos que se deben seguir en una rutina de cuidado facial. Sin embargo, para profundizar a nivel profesional en la materia, los cursos de estética y cosmética, sentarán la base necesaria para convertir a los o las interesadas en expertos del sector.

Recomendaciones de cuidado facial

Aunque el mundo del cuidado de la piel puede ser algo abrumador a primera vista, a diferencia de lo que piensa la gente, no se necesitan tantos productos para obtener buenos resultados, pero sí una rutina diaria para que funcione realmente.

A continuación, se presenta una rutina diaria de cuidado de la piel a la cual se le deben dedicar algunos minutos al día para lograr los cambios deseados en el largo plazo, además de que la piel lo agradecerá.

Sin necesidad de sobrecargar la piel, la verdad es que existe un orden predeterminado para aplicar toda la cosmética facial que recientemente ha experimentado un boom en el mercado y se encuentra al alcance casi de cualquier bolsillo. 

Las rutinas, como su nombre lo indica, es algo que se debe respetar y en este caso, el orden de los diferentes productos también es clave en el resultado final. Si se salta alguno de los pasos o se aplican ciertas texturas antes que otras, se corre el riesgo de que los principios activos no penetren en el cutis hasta donde deberían y, por tanto, no cumplan las funciones para las que se emplean o fueron creados.

Los infaltables de la piel sana

El orden de los factores sí altera el producto en el caso del cuidado de la piel, para una rutina básica pero efectiva, es importante tener en cuenta los pasos básicos que se deben seguir si se desean obtener buenos resultados. Una rutina básica puede componerse solo de limpieza, hidratación y protección solar, sin embargo a continuación se darán otros tips o pasos para que cada persona elija según sus gustos, necesidades y el tiempo del que dispongan.

– Limpieza a conciencia 

Antes de empezar a realizar cualquier rutina de cuidado facial, es indispensable contar con una piel totalmente limpia, esto facilitará que los productos a utilizar actúen de manera correcta.

Lo ideal es limpiar la piel 2 veces al día: una vez en la mañana (para quitar el exceso de sebo que se produce al dormir) y otra en la noche (para remover los residuos del maquillaje). 

Aunque no se utilice maquillaje, siempre es recomendable limpiar la cara igualmente. Los agentes externos como la polución del día, dejan impurezas en la piel que pueden afectarla en el mediano y largo plazo. 

– Tonificar y glorificar

Al tonificar la piel, se realiza un proceso de preparación de la misma para la absorción de los productos y tratamientos que se realizarán a continuación de este paso de una manera eficaz. La elección de un buen tónico ayudará a hidratar y equilibrar el pH de la piel. Estimulando los mecanismos de defensa y reduciendo el tamaño de los poros. La consistencia líquida de estos productos ayuda a una rápida absorción.

Es recomendable realizar la aplicación del tónico con ayuda de un algodón o un parche de este material, para ayudar a que la piel lo reciba y absorba más fácilmente.

– Sérum diferenciador

El sérum facial aunque poco utilizado en pieles jóvenes, es una fórmula ideal de activos de muy alta concentración que penetra las capas más profundas de la piel. Existen sérums para diferentes acciones: reparar, iluminar, hidratar, combatir las arrugas, entre otros.

Es uno de los pasos de rutina de cuidado facial más recomendado en pieles maduras. Ya que sus propiedades tienen efectos significativos en las pieles de este tipo. 

Se recomienda utilizar 2 o 3 gotas del sérum en las manos y aplicarlo con toquecitos por todo el rostro.

– Hidratar como regla de oro

Los productos de hidratación suelen aportar más textura o densidad que un sérum, ya que están diseñados para una absorción más lenta., lo cual ayuda a sellar la hidratación y proteger la piel.

Hidratar el rostro es un paso imprescindible en cualquier rutina de cuidado facial. Ya que la piel necesita humedad para mantener la elasticidad y la protección o efecto barrera (impedir que la piel pierda agua y se deshidrate). 

De acuerdo al tipo de piel, los hidratantes pueden variar, sin embargo, los mejores en su clase son aquellos que tienen aceites vegetales, son ricos en vitamina E y ácidos grasos, como el aceite de germen de trigo o el de rosa mosqueta.

– Mínimo una mascarilla semanal

Idealmente, de 1 a 3 veces por semana, dependiendo el cuidado y tipo de piel, es necesario realizar una mascarilla. Si esta es hidratante, lo mejor será aplicar después del tónico. Sin embargo, si es de limpieza lo ideal será aplicarla antes del tónico, pero después de la rutina de limpieza. 

– Protección solar

Algunas cremas de tratamiento incluyen cierto tipo de protección solar, contra los rayos UV o los rayos UVA, en forma de SPF. Pero, aunque es algo relativamente común, existen productos faciales que no añaden. Por ello hay que aplicar un protector específico. Para entornos urbanos y en el día a día, si no se va a la playa o se expone la piel a altas concentraciones de rayos solares, las fórmulas más habituales son ligeros velos incoloros que se aplican como último paso de la rutina de belleza. 

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