La violencia contra la mujer es una de las consecuencias más comunes dentro de la discriminación de género.
La Asamblea General de Naciones Unidas define la violencia contra la mujer como “todo acto basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
Esta declaración marcó un antes y un después en lo que se conocía hasta el momento como violencia de género, porque:
- Incluyó la problemática de violencia contra la mujer en el marco de protección de los derechos humanos
- Actualizó y amplió el concepto de violencia incluyendo la física, sexual y psicológica
- Instauró dentro del concepto no solo la violencia por acto sino también por amenaza.
Tipos de violencia
Existen muchos tipos de violencia de género en contra la mujer: física, psicológica, sexual, económica ambiental, social… y la Delegación para la Violencia de Género, dentro de su marco de protección y mitigación de dicha problemática, detallada cada una de ellas a profundidad. Sin embargo, para los propósitos de este artículo solo se hará hincapié en las primeras 3.
Violencia Física:
Se considera cualquier acto no accidental contra el cuerpo de una mujer con el resultado o riesgo de producirle una lesión, independientemente de la intensidad. Pueden considerarse dentro de este grupo: golpear, empujar, arrojar objetos contra su cuerpo, echarla de casa a la fuerza, encerrarla, obligarla a tomar psicofármacos, alcohol, drogas u otras sustancias o incluso la amenaza con armas.
Violencia Psicológica:
Incluye cualquier conducta verbal, no verbal u omisión intencional que produzca en una mujer una desvalorización por medio de amenazas, humillaciones, exigencias de obediencia o sumisión, coerción verbal, insultos, aislamiento o cualquier otra limitación de su ámbito de libertad personal.
Violencia Sexual:
Como su nombre lo indica, comprende cualquier acto de naturaleza sexual no consentido por la mujer y forzado por el agresor. Incluye la exhibición, la observación, y la imposición por medio de violencia e intimidación o de manipulación emocional, para mantener relaciones sexuales, así como las humillaciones que se produzcan en este contexto.
Se estima que un 35% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual. Las estadísticas muestran que, por lo general, esta violencia proviene de un compañero sentimental, otro hombre o un miembro de su propia familia.
En España, la situación no es muy diferente ni muestra un panorama muy alentador. Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, el 24% de las mujeres mayores a 16 años en el país han sufrido algún tipo de violencia física o sexual, a manos de su pareja sentimental u otros hombres sin relación.
Es una problemática que no para ocurrir y aunque existen leyes de protección y mecanismos de defensa para la mujer, los esfuerzos son insuficientes para evitar que se siga presentando este maltrato o incluso llegar al feminicidio.
De hecho, durante el estado de alarma decretado el 16 de marzo por el gobierno, el 016 no ha dejado de sonar. El servicio telefónico de información y de asesoramiento jurídico en materia de violencia de género, ha reportado recientemente haber recibido más de 3.382 denuncias durante los primeros 15 días del confinamiento. Si se compara esta cifra con el mismo periodo del mes anterior, esto supone un incremento del 18%.
El confinamiento ha obligado a miles de mujeres a permanecer encerradas con sus maltratadores, limitando sus posibilidades de pedir ayuda. Por esta razón, la comunidad de vecinos juega un papel muy importante en combatir y evitar que se presentan más casos e incluso puedan salvar vidas. Las denuncias del entorno de la víctima son ahora más importantes que nunca.
Incapacidad para denunciar
En la gran mayoría de los casos, las mujeres se niegan a denunciar la violencia machista a la cual son sometidas durante mucho tiempo. Un estudio en relación con la violencia de género muestra que las víctimas pueden tardar hasta 8 años para denunciar a sus agresores o para pedir ayuda. Dentro del estudio, las mujeres que participaron podrían sentirse identificadas con más de una de las causantes de silencio. Aunque existen diversos factores, las respuestas que más destacan dentro del estudio son: El miedo al agresor con un 50%, un 45% pensaba que podía resolver el problema sola y un 32% sentía responsabilidad o culpabilidad por el maltrato recibido.
Esta incapacidad para denunciar tiene diversas causas que evitan que las mujeres violentadas hablen sobre el tema. Muchas víctimas piensan que no deben perder el tiempo denunciando porque nadie las puede ayudar, no tienen conocimiento de cómo pedir ayuda o por miedo y desconocimiento de los procesos judiciales.
En un esfuerzo por ayudar a aliviar y mitigar esta situación, Alium Formación, un experto en formación online, semipresencial y a distancia, pone a disposición de todos su catálogo online, donde destaca el curso de Experto en violencia de género y malos tratos, además de una variedad de cursos especializados en el tema que ayudarán a entender la importancia de la protección e intervención en la violencia de género.
La clave de la superación es el conocimiento. Capacitarse y formarse en esta problemática será una de las herramientas más poderosas para luchar y concientizar a la gente sobre esta delicada problemática que atenta contra la moral y la integridad no solo de las mujeres en España sino del mundo.
Si te pareció interesante esta publicación y quieres descubrir toda la oferta formativa de Alium Formación, ponte en contacto con Emagister y te ayudaremos a encontrar el curso perfecto para ti.
Si eres ya un estudiante de este centro y deseas contarnos tu experiencia ¡Deja tu opinión en este formulario y ayuda otros estudiantes como tú a escoger mejor!
