Gestión de equipos de Alto Rendimiento

Los equipos son el motor de las organizaciones (y me atrevería a decir que incluso de la sociedad), y las personas son los elementos que conforman estos preciosos engranajes capaces de alcanzar unos resultados que los individuos, de forma aislada, no podrían lograr.

Sin embargo, ya en pleno siglo XXI, conseguir desarrollar grandes equipos, sigue siendo un reto para la mayoría de las organizaciones, los directivos que las dirigen, y los profesionales que trabajan en ellas.

Al igual que los alquimistas han buscado a lo largo de los siglos la piedra filosofal capaz de convertir los metales en oro, los directivos se afanan en encontrar la fórmula que permita asegurar el éxito de sus equipos y, con ello, el de las empresas o instituciones que lideran.

Por fortuna, a diferencia de la alquimia cuyas bases sólo eran accesibles a unos pocos iniciados, mucho se ha investigado y escrito sobre equipos, y en la era de Google, las fórmulas sobre cómo crearlos, dirigirlos y desarrollarlos se encuentran a un clic de ratón.

No obstante, la aplicación de estos conocimientos es esquiva y lamentablemente los buenos equipos tienden a ser la excepción, más que la regla.