Valoración en Fisioterapia Pediátrica

CONTENIDOS:

1. IMS (Infant Motor Screen) Valoración del Movimiento del niño.

Valora la calidad de los patrones de movimiento de los niños desde los 4 meses hasta los 16 meses de edad. La valoración consiste en 25 ítem que valoran el tono muscular, reflejos, reacciones automáticas y asimetría de las habilidades motrices. El IMS está diseñado para ser aplicado a los niños de 4 meses de edad corregida y se utiliza como forma de evaluación a lo largo del su desarrollo hasta la marcha independiente. Esencialmente se tratan de 4 pruebas separadas.

Es una herramienta útil para valorar la cualidad del desarrollo de los niños de alto riesgo, niños prematuros o con posibles secuelas de una lesión cerebral. A partir de los resultados, el fisioterapeuta puede elaborar un diagnóstico de la cualidad del movimiento del niño y del potencial para el aprendizaje de nuevas adquisiciones motoras.

2. Peabody. Development Motor Scales PDMS. Escalas de Desarrollo motor

El Peabody valora el desarrollo de la motricidad gruesa y fina de niños entre el nacimiento y los 83 meses de desarrollo. Los ítem de motricidad gruesa incluyen 170 ítem en las áreas de reflejos, equilibrio, locomoción y recepción de la información y propulsión. Los ítem de motricidad fina incluyen 112 ítem en las áreas de manipulación, uso de la mano, coordinación mano-ojo y destreza manual.

El Peabody es un test internacional que sirve para comprender desarrollo motor de los niños y cuya actividad puede proporcionar una información mesurable y objetiva que determina su edad motriz. Es una herramienta que también sirve para planificar el abordaje terapéutico y aumentar el repertorio conductual motriz del niño.

3. Medida de la Función Motriz Gruesa (GMFM) y GMFM66.

El GMFM (Rosenbaum et al., 1990; Rusell et al., 1989) fue diseñado para valorar la función motriz gruesa. Evalúa el índice de la función motriz gruesa y los cambios que se producen con el tiempo o después de realizar terapia, especialmente para niños con parálisis cerebral o traumatismo craneo-encefálico. El test incluye 88 items que valora la función motriz en cinco dimensiones: en decúbito y volteo; sedestación, reptación y gateo; bipedestación y marcha, correr y saltar.

Cada una de las cinco dimensiones contribuye de forma igual al tanteo final, sin embargo, el total para cada dimensión es calculado en tanto por 100. Aconsejable para valorar entre edades de desarrollo de 2 a 5 años, aunque se puede aplicar a todas las edades.

Valoraciones más específicas para la 2da Infancia y/o escuela especial

4. Inventario de Evaluación de Discapacidad en Pediatría (PEDI)

El PEDI es una herramienta de valoración clínica exhaustiva que valora las habilidades funcionales principales y el rendimiento de niños entre 6 meses y 7½ años de edad. Asimismo se puede utilizar para valorar a niños mayores si sus habilidades funcionales son inferiores a las de un niño de 7½ años no discapacitado. Este test sirve para establecer un diagnóstico del estado actual del niño, así como para valorar su progreso. El PEDI mide la capacidad y conducta de las actividades funcionales en tres ámbitos: cuidado personal, motricidad y habilidades sociales.

La capacidad se valora identificando las habilidades funcionales que el niño demuestra. La actividad funcional se mide según el nivel de ayuda que necesita y las adaptaciones que requiere en su entorno. Cada ámbito, a su vez, utiliza tres criterios de valoración: habilidades funcionales, ayuda y adaptaciones.

En total, el PEDI se compone de 197 ítem de actividades funcionales, y otros 20 ítem que valoran la ayuda y adaptaciones necesarias. El PEDI está diseñado para que lo usen fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, profesores de educación especial, psicólogos, y otros profesionales que necesiten valorar la capacidad funcional de niños discapacitados.

El PEDI es una herramienta importante para el fisioterapeuta ya que permite observar al niño en las diferentes situaciones y así conseguir un conocimiento objetivo de su comportamiento. Esto nos resulta muy útil tanto para obtener información diagnóstica como para identificar las áreas de progreso, permitiéndonos elaborar un plan de tratamiento específico para cada niño.

5. Valoración músculo-esquelética de la extremidad inferior

Los niños con disfunción neuromotriz crónica generalmente presentan desviaciones articulares en diferentes planos con alineaciones anormales de pelvis y extremidades inferiores. La fuerza de la gravedad y la actividad muscular frecuentemente impiden la maduración normal de los factores de torsión y rotación de la estructura esquelética y del alineamiento articular.

Este procedimiento de valoración músculo-esquelética permite:

• Diferenciar que proporción del trastorno que presenta el niño se debe a problemas musculares a problemas esqueléticos o a un deficiente control motriz.
• Conocer y saber valorar los rangos de movimiento y torsión articular cuando el crecimiento del niño experimenta rangos de movimiento que se desvían de los parámetros normales.
• Es un complemento para valorar el tipo de marcha patológica.
• Ayuda a establecer el abordaje terapéutico y a determinar el diseño ortésico para cada caso en particular.

6. Valoración del Control Postural en Sedestación (Seated Postural Control Measure) SPCM.

Es una escala de valoración que se utiliza en niños que requieren un sistema de sedestación adaptada. La escala se divide en dos partes, una valora la alineación postural y consta de 22 ítems y la otra valora el movimiento funcional y consta de 12 ítems. Esta escala puede ser administrada en 20 minutos. Para la valoración de la alineación postural se utilizan representaciones gráficas y descripciones escritas de las posturas. Y en los tres planos del espacio.

Tomando una serie de referencias anatómicas se valoran las desviaciones que se producen en relación a la alineación normal. La valoración del movimiento funcional en sedestación consiste en 4 niveles. Algunos de los ítems son el control de cabeza y tronco en relación con: las actividades de alcance y manipulación de objetos, deglución, respiración, etc., teniendo en cuenta la integración de los movimientos en secuencias de actividades coordinadas.