Centre Jordi

Desde sus inicios se plantean una serie de valores que siguen estando presentes actualmente:

Responsabilidad: el profesional es responsable de sus actuaciones tanto en su consulta individual como de su repercusión social. Es por tanto responsable de continuar formándose en la disciplina que trabaja y de continuar con su propia evolución como persona.
Trato humano: en nuestro contexto de trabajo, la persona, el ser humano, está por encima de las técnicas, aparatos o dogmas. Esto es un reto para el profesional, por cuanto implica conocer en profundidad la naturaleza de la persona humana.
Impulsar la vida, impulsar el bienestar: la salud no se define como la ausencia de síntomas. Los mismos síntomas que en cierto contexto son indicadores de falta de salud, en otro son indicadores de la recuperación de esa misma salud. Salud es vivir, es disfrutar de nuestra vida, con sus retos y sus situaciones. Vivimos con un cuerpo en un entorno físico. Sin el cuerpo no es posible la vida y nuestra experiencia en el mundo es gracias a nuestro cuerpo ¿lo cuidamos? Experimentamos emociones que no podemos negar, algunas de ellas son más agradables que otras, pero si las experimentamos es por que existen, la pregunta es ¿qué hacemos con ellas? Tenemos conciencia de nuestra propia vida y deseamos hacer algo con ella ¿cuáles son nuestros objetivos y deseos? Todo eso está bañado con una “energía vital”, cuya definición fácil es aquello que no tiene el ser que está muerto. Y todo lo anterior lo vivimos en interrelación con otras personas y con el mundo.