Microliteratura y Redes Sociales: Aprenda a Escribir Aforismos en Dos Días, con Camilo de Ory.

El aforismo, el epigrama, la greguería, el tweet, son distintas manifestaciones de un género en boga. La pereza connatural al ser humano y el auge de las redes sociales han hecho que renazca de sus cenizas y se establezca como la manera más rápida de obtener prestigio literario. En este seminario, siguiendo una metodología práctica y amena, desvelaremos las claves para cultivarlo con solvencia: a poco que usted ponga de su parte, le enseñaremos a escribir sus propias frases célebres.


Programa:

1) Si es bueno, lo breve es dos veces bueno. Si es malo, al menos se acaba antes. Balance riesgo/beneficios en la literatura mínima.

2) Grandes hombres breves de la historia: De la Serna, Nietzsche, Cioran, Confucio, Epicuro, Groucho, Mao, Swift…

3) Quién anda ahí. Escritores perezosos de hoy.

4) Aforismo, axioma, adagio, apotegma, máxima, proverbio, refrán, sentencia, estado, tweet: esto qué es lo que es. Deslumbre al sexo opuesto hablando de paremiología.

5) Otras formas de ser breve: nanorrelato, haiku.

6) Hágalo usted mismo:
• Hágalo como ellos. Juguemos a imitar a los mayores.
• Hágalo como nadie.
• Hágalo como quiera.

7) Infalibles técnicas de escritura creativa aplicadas al aforismo.

8) Y ahora, ¿a quién se lo vendo? Nichos de mercado para la frase suelta.

9) Las redes sociales como caldo de cultivo. Facebook. Twitter. Las redes sociales como escaparate.

10) Intercambio de teléfonos. Sentidos abrazos. Generosas invitaciones al profesor.

Camilo de Ory ha elevado la inactividad a la categoría de forma de vida: escribe libros porque es algo que puede hacer sentado, poemas porque eso le permite terminar el renglón antes de llegar al final de la línea y aforismos porque son, por definición, breves. Últimamente ha formado, junto con Josepablo García y Anxo F. Couceiro, el colectivo HOYGAN, con el propósito de que estos dos dibujen y rueden las ideas que él esboza débilmente en un trozo arrugado de papel y la ambición de aprovecharse de sus proyectos originales. Es así como entiende el trabajo y es así, también, como entiende el amor: todas sus relaciones, tanto laborales como afectivas, pasadas y presentes, pueden ser tildadas de parasitarias. No en vano, y según sus propias palabras, que por una vez consideramos certeras, Camilo de Ory es un lastre para la sociedad, por más que él justifique esta su condición diciendo, en un epigrama oportunamente corto, que la sociedad es un globo que, sin él, volaría demasiado alto.