La Máscara: de la Máscara Neutra a la Media Máscara

La capacidad de la máscara teatral para descubrir un expresivo cuerpo escénico está ya más que comprobada.
Gracias a su implantación en la pedagogía teatral universal por Jacques Lecoq, la máscara ha ido adquiriendo la importancia que él mismo intuyó y desarrolló en su escuela parisina.

Hoy en día, su estudio se ha convertido en una parte esencial del recorrido del alumnado en numerosas escuelas gracias a su eficacia como motor del movimiento, la acción y su consecuente emoción.

El estudio de los tres tipos más reveladores de máscara entera (con boca) tiene como objetivo específico que el alumnado vivencie la importancia de construir un cuerpo disponible para el hecho escénico y a partir de él, impregnar la transformación psico-física necesaria para la construcción de un personaje, sin importar el estilo.

La Máscara Neutra nos descubre la presencia escénica, la precisión, el espacio, la proyección, la composición, la calma y el equilibrio. Una máscara pre-expresiva que se ha erigido como uno de los entrenamientos más importantes del intérprete.

La Máscara Larvaria es esencial para el trabajo sobre la vulnerabilidad, la ingenuidad, el desarrollo del juego dramático y la minuciosidad del trabajo con las emociones. Sin duda una preparación al mundo del clown.

La Máscara Expresiva nos introduce directamente en el trabajo del carácter, del personaje y sobretodo del juego extremo. Es la herramienta más precisa para integrar los géneros teatrales. De la comedia al drama. Del delirio al trabajo más íntimo.

La Media Máscara es una de las tradiciones teatrales universales más relevantes. Es teatro popular, comedia disparatada. Utilizaremos máscaras creadas exclusivamente para nuestra escuela que revelan arquetipos de la sociedad actual y de los cuales nos podremos reír sin medida. Nuestras medias máscaras son la commedia dell’arte contemporánea. Con arquetipos que nos interpelan y con los cuales nos sentimos identificados.