Conducta Suicida, II Edición.

El suicidio (consumado) en particular y la conducta suicida en general (suicidios, intentos e ideación suicida) están siendo objeto cada vez más de interés sanitario, social y mediático debido, en cierta parte, a la incidencia de la crisis económica en la salud mental de la población y en actos suicidas derivados de ella. Pero esto no es más que la punta de un iceberg que existe desde mucho antes y que, por diferentes motivos, no estaba teniendo hasta ahora la atención social que merecía. No es para menos cuando, sólo por poner el ejemplo de España, el número de muertes por esta causa ha alcanzado en 2014 (INEbase, 2016) la cifra histórica de 3.910, el doble que las producidas por accidentes de tráfico, más de 10 veces las producidas por homicidios y más de 70 veces las generadas por la violencia de género, siendo la principal de causa externa de muerte, la primera causa entre los jóvenes varones de 24 a 35 años y la segunda en ambos sexos de estas edades, solo por detrás de los tumores. En el mundo, provoca más muertes que las guerras y los homicidios juntos, hasta casi las 900.000 muertes anuales, una cada 40 segundos.

La OMS posee un programa específico para el suicidio (Programa SUPRE –Suicide Prevention-); para la Unión Europea es una de las 5 prioridades del Pacto Europeo por la Salud Mental y el Bienestar, la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud español posee un objetivo dedicado a la prevención del suicidio, etc, No obstante, todavía estamos lejos de que el estudio y prevención de la conducta suicida esté presente en las agendas políticas, sociales, jurídicas, mediáticas e incluso sanitarias. Muestra de ello es la ausencia de programas formativos universitarios en este tema, por lo que la Universidad Pablo de Olavide ha querido responder a esta necesidad con un programa máster, de 60 créditos ECTS, con un plan de estudios completo, exhaustivo y práctico, que forme a profesionales en la...