En los últimos cincuenta años, los científicos dedicados al estudio del cerebro han venido demostrando cómo la superficie del cuerpo está mapeada en partes del cerebro asociadas al tacto. Esos trabajos se han enfocado en su mayoría en “mapas del cuerpo” que muestran como ciertas partes del cerebro se corresponden punto por punto con la topografía del cuerpo.