La pielonefritis es una infección urinaria que aparece a causa de la presencia de bacterias en la orina, aunque también puede deberse a hongos o, incluso, ser de tipo vírica. Además de estar afectada la uretra, la infección suele haberse extendido también al riñón, por lo que a las molestias típicas durante la micción pueden sumarse otros inconvenientes como fiebre o malestar general.
Esta infección del tracto urinario suele comenzar con una cistitis, que únicamente afecta a la vejiga. Sin embargo, si esta no se cura como corresponde o se agrava, los efectos podrían llegar hasta el riñón, lo que implica un enorme riesgo, pues significaría que esta infección podría trasladarse a la sangre.
Síntomas de la pielonefritis
Diagnosticar este trastorno no es demasiado sencillo porque, como decimos, sus síntomas pueden ser comunes a los de otros inconvenientes menos graves como la cistitis. Entre los síntomas más comunes están las ganas de orinar con frecuencia, así como la micción dolorosa. No obstante, ante un cuadro grave de pielonefritis, a estos síntomas se añadirían otros como escalofríos, fiebre, dolor lumbar, dolor abdominal, vómitos o, incluso, presencia de sangre en la orina.
La aparición de estos síntomas, por tanto, indicaría que la infección ha llegado a los riñones y habría que actuar de inmediato. En un caso extremo y de no tratarse convenientemente, la pielonefritis podría derivar en un fallo múltiple de estos órganos vitales.
Incidencia de la pielonefritis
La pielonefritis afecta mucho más a las mujeres que a los hombres. De acuerdo con las estadísticas, se estima que la sufren en España alrededor de cuatro mujeres de cada 1.000 por año. También se observa cierta incidencia entre las niñas en edad preescolar. Aproximadamente la padece el 7 % de las niñas hasta los 6 años y solo el 2 % de los niños.
Si nos referimos a los datos a nivel mundial, la cifra de casos oscila entre los 10 y 25 millones de pacientes con pielonefritis.
Causas y tratamiento de la pielonefritis
La mayoría de los episodios de pielonefritis tiene como antesala una cistitis mal curada. Sin embargo, también puede suceder que haya una infección bacteriana en otra parte del cuerpo y, por cualquier motivo, se extienda a los riñones. Esta situación ocurre, aunque es bastante menos frecuente que la primera circunstancia. Una última causa tiene que ver con una complicación derivada de una cirugía renal. Hay veces, entonces, que esta puede derivar en una pielonefritis.
Al ser una infección de origen bacteriano, el tratamiento pasa por la toma de antibióticos. Para determinar el más apropiado, sería necesario realizar primero un cultivo de orina. Eso sí, la duración y dosis del tratamiento variará en función de ciertos factores como la edad del paciente, si es la primera vez o es un episodio recurrente, etc. Así, el médico prescribirá un tratamiento cuya duración podría prolongarse hasta una semana.
Generalmente, los especialistas suelen recomendar la ingesta elevada de líquidos durante el tratamiento para estimular el funcionamiento de los riñones.
En definitiva, no existe un único tipo de antibiótico para tratar la pielonefritis, pues primero habrá que analizar la bacteria que está causando esta patología para actuar en consecuencia.
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