Quizá no te has dado cuenta, pero es probable que utilices más de una muletilla cuando hablas. Además, es posible que aparezcan en todo tipo de contextos: desde una conversación con los amigos hasta una defensa del TFM. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), las muletillas son «voces o frases que se repiten mucho por habito». Por ejemplo, ¿sabes?, ¿me explico? o el famoso ¿eh?. Aunque nadie se salva de recurrir a ellas en algún momento, lo cierto es que estas palabras pueden resultar molestas si se repiten muy a menudo. De hecho, pueden provocar que los alumnos pierdan la concentración ante un profesor repetitivo o que un alumno obtenga peor nota en una exposición oral. Por suerte, la Universidad de Harvard ha estudiado este fenómeno y propone una solución aparentemente sencilla: quedarnos en silencio cada vez que tengamos tentaciones de pronunciar la palabra maldita.