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El truco de oro para eliminar las muletillas según Harvard

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Quizá no te has dado cuenta, pero es probable que utilices más de una muletilla cuando hablas. Además, es posible que aparezcan en todo tipo de contextos: desde una conversación con los amigos hasta una defensa del TFM. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), las muletillas son «voces o frases que se repiten mucho por habito». Por ejemplo, ¿sabes?, ¿me explico? o el famoso ¿eh?. Aunque nadie se salva de recurrir a ellas en algún momento, lo cierto es que estas palabras pueden resultar molestas si se repiten muy a menudo. De hecho, pueden provocar que los alumnos pierdan la concentración ante un profesor repetitivo o que un alumno obtenga peor nota en una exposición oral. Por suerte, la Universidad de Harvard ha estudiado este fenómeno y propone una solución aparentemente sencilla: quedarnos en silencio cada vez que tengamos tentaciones de pronunciar la palabra maldita.

Según el informe de la universidad, las muletillas aparecen unas cinco veces por minuto. Los expertos señalan que no solo generan pérdida de interés, sino que también restan credibilidad al orador. Así pues, al final se acaba poniendo en duda la veracidad del discurso. Este recurso expresivo aflora en el habla por muchos motivos: pobreza léxica, nervios, lapsus, pérdidas de memoria, etc. Sea como sea, existen recursos para plantarles cara y dejarlos atrás en momentos importantes. ¿Y tú? ¿Qué trucos utilizas para huir de las muletillas? ¡Comparte tu experiencia con nosotros en un comentario!

¿Cómo puedo dejar de decir muletillas para mejorar mi expresión oral? 

  1. Grábate hablando en varios contextos. Para empezar, debes saber cómo hablas en diferentes situaciones. Por este motivo, es recomendable que te grabes en una conversación con los amigos pero también en una exposición oral o en una reunión de trabajo. En este último caso, pide permiso a los compañeros y actúa con la naturalidad de siempre.
  2. Anota todas las muletillas que empleas. Una vez dispongas de varias grabaciones, escúchalas con calma y toma nota de tus puntos débiles. ¿Qué muletillas empleas? ¿Cuáles repites más a menudo? Aprovecha para analizar los motivos que te llevan a ello: nervios, inseguridad, falta de preparación, etc.
  3. Sustituye las muletillas por pausas. Como ya hemos apuntado, la Universidad de Harvard, propone sustituir las muletillas por pausas. Una vez analizados los primeros discursos, grábate de nuevo y realiza este ejercicio hasta que consigas incorporar del todo los silencios.
  4. Controla que las pausas sean inferiores a cinco segundos. Los silencios son la solución, pero no vale cualquier tipo de silencio. Los expertos recomiendan que la pausa no exceda los cinco segundos. De esta manera, contribuiremos a mantener el interés del auditorio y a alimentar un cierto suspense. Sin embargo, si superamos los cinco segundos provocaremos el efecto contrario: aburrimiento, desinterés, monotonía, etc.

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Fuente: TIC Beat

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