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5 tips para tomar unos buenos apuntes

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Los apuntes son una herramienta fundamental para el estudio. No solo nos ayudan en la preparación de exámenes, sino que dejan constancia escrita de nuestro paso por el aula. En otras palabras, consultando los apuntes podremos saber qué aspectos nos interesaron más y qué puntos del temario resaltó especialmente el profesor. De hecho, leer los apuntes unos años después de haberlos confeccionado se convierte en un ejercicio interesante. ¿Recordamos todo lo que apuntamos? ¿Aplicamos alguna parte del temario en nuestra vida profesional? Sea como sea, la pregunta del millón sobre los apuntes siempre es la misma: ¿cómo se toman unos apuntes de 10? 

Como siempre, no hay una única respuesta. Algunos estudiantes los prefieren a mano, otros a ordenador; algunos alumnos se inclinan por las anotaciones esquemáticas, otros necesitan textos redactados con todo detalle. Teniendo en cuenta las diferencias entre unos y otros, hay algunos consejos generales que siempre son útiles. Para empezar, llevar los apuntes al día y repasarlos periódicamente. O sea, nada de dejarlos enterrados en el escritorio hasta el día antes del examen. ¿Y tú? ¿Qué trucos utilizas para lograr unos apuntes de aprobado seguro? ¡Comparte tu experiencia con nosotros en un comentario!

5 consejos para tomar unos apuntes de 10

  1. Pásalos a limpio y destaca lo más importante. Si tomas apuntes en clase, es probable que lo hagas rápidamente y caces algunas ideas al vuelo. Así pues, conviene que, una vez en casa, reconstruyas el discurso. Es decir, que lo releas, lo reordenes y lo reescribas. En este sentido, puede resultar útil pasar los apuntes a ordenador (después podrás imprimirlos tantas veces como quieras) o pasarlos a limpio manualmente. ¡Será un buen ejercicio para interiorizar contenidos!
  2. No copies al pie de la letra. Copiar textualmente sin entender nada es una mala idea. En cambio, concentrarse en escuchar y anotar solo las ideas importantes resulta más fructífero. Cuando repases los apuntes fuera de clase, ya tendrás tiempo de redactarlos de manera estructurada. De hecho. hay personas que prefieren los apuntes en forma de redacción, pero otras se inclinan por el formato esquema o resumen.
  3. Anota los aspectos que el profesor remarca. Atento, durante las clases los profesores suelen soltar alguna indirecta del tipo «este tema es especialmente relevante». Apunta estas indicaciones, pueden revelarte alguna pregunta del examen.
  4. No te fies (solo) de los apuntes prestados. Aunque compartir apuntes con tus compañeros es un ejercicio de cooperación interesante, debes estar 100% seguro de que la información que estás estudiando es fiable. O sea que ya lo sabes: ¡nada de campanas! Si faltas a clase, siempre puedes consultar tus dudas con el profesor.
  5. Complementa tus anotaciones con bibliografía. Los apuntes de clase no dejan de ser una síntesis del temario, por lo que muchas veces resultan insuficientes. ¿Quieres presentarte a un examen con tranquilidad? Pues consulta las recomendaciones bibliográficas del profesor y ponte manos a la obra. La clave está en combinar estas lecturas con los apuntes que vayas acumulando. ¡No se lo confíes todo a una sola fuente!

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