Ventajas de estudiar idiomas en el extranjero durante el verano

Hace dos décadas lo normal en verano era ir a un campamento durante quince días o de vacaciones con la familia otras dos semanas. El resto de las vacaciones eran para ir a la piscina, hacer los deberes estivales y jugar con los amigos. Había unos cuantos privilegiados que se iban «al extranjero» a estudiar inglés y volvían contando cuánto habían aprendido, las diferencias entre países y los amigos de todas partes del mundo habían conocido.

Ahora la idea y las posibilidades de pasar una parte del verano estudiando en un país diferente han aumentado tanto para los niños como para los adultos. Hay varios factores que han influido en esta democratización: el aumento de las becas (al menos hasta hace poco) para realizar estos cursos, el abaratamiento de los precios y la toma de conciencia sobre la importancia de los idiomas a la hora de acceder al mercado laboral. Los meses de verano suelen coincidir con los periodos vacacionales por lo que es más fácil encontrar tiempo libre para cursarlos. Además, en los destinos europeos, por ejemplo, la meteorología será más agradable lo que es un punto a favor (no todo es estudiar, también se puede aprovechar para conocer las ciudades).

Las ventajas de esta opción son bastante evidentes:

• Aprender un idioma nuevo o mejorar los conocimientos que ya se tenían previamente.
• Nuevos contactos: los compañeros de clase no sólo pueden convertirse en camaradas, sino que también pueden ampliar la lista de contactos profesionales del estudiante.
• Librarse del temor a salir fuera: hay personas a las que dar el paso de irse a otro país en otro contexto que no sea el vacacional puede suponerles una traba. Una buena solución para ponerle remedio a esa reticencia es empezar con un curso.
• Enriquecer el currículum: escribir una línea más en el CV acreditando que se estuvo en otro país aprendiendo un idioma ayudará a hacer tu perfil más atractivo.
• Aprovechar el tiempo de manera eficiente: en ocasiones, la vuelta de las vacaciones puede provocar en algunas personas la sensación de que se ha estado «perdiendo el tiempo» y que no han hecho nada destacable. Hacer un curso puede ser una alternativa viable.
• Las fases de aprendizaje serán mucho más rápidas y fluidas: estar en un país en el que no se habla la lengua materna y tener que utilizar el idioma que se está aprendiendo para comunicarse con todos los demás hace que la asimilación sea más ágil.
• Conocer un sitio nuevo: al aprovechar el curso que se vaya a realizar.

Es bastante posible que si se hace una encuesta entre las personas que se han decidido a invertir su tiempo libre en irse a otro país a aprender otro idioma un alto porcentaje de las respuestas indicarán que ha sido una experiencia positiva. Para alguien que lo ha probado no ha sido así, siempre hay una oportunidad para volver a probarlo de nuevo.