Para que el organismo realice sus funciones básicas, existe un grupo de vitaminas esenciales que es preciso consumir en cierta medida. En esta lista figuran vitaminas como la A, C, D o E, pero también encontramos otras algo más desconocidas como la vitamina B9, denominada ácido fólico. En esta ocasión, nos vamos a centrar en ella. Te contaremos qué es el ácido fólico, cuál es su papel y por qué es importante.
Qué es el ácido fólico
El ácido fólico pertenece al grupo de las vitaminas B. Como sabes, este tipo de vitaminas son micronutrientes que el organismo precisa para crecer y desarrollarse. Entre sus principales funciones, están la regulación del metabolismo y la síntesis de glóbulos rojos. Asimismo se encargan del correcto funcionamiento del sistema nervioso.
La vitamina B9 o ácido fólico es una vitamina hidrosoluble, lo que significa que se disuelven con facilidad en el agua de nuestro organismo. Por ende, pueden eliminarse con relativa facilidad a través de la orina o el sudor. Al contrario que las vitaminas liposolubles, las vitaminas hidrosolubles no suelen almacenarse en nuestro cuerpo, de ahí la importancia de consumirlas diariamente.
Por fortuna, el ácido fólico está presente en numerosos alimentos que tenemos a nuestro alcance. Por ejemplo, se halla en los vegetales de hojas verdes, como las espinacas o el brócoli. También es posible encontrar esta vitamina en las legumbres, las hortalizas o los frutos secos. El aguacate, por su parte, constituye una importante fuente de ácido fólico.
Por qué es importante el ácido fólico
Como acabamos de ver, el ácido fólico realiza una función esencial en el organismo. Esta vitamina es fundamental en la creación de células nuevas y en la formación de ADN. Por este motivo, su ingesta es importantísima sobre todo para las mujeres embarazadas o que planean estarlo.
Un déficit de ácido fólico durante el embarazo puede traducirse en una malformación del bebé, como la espina bífida. La espina bífida es una afección de la columna vertebral que puede alterar las funciones cognitivas del recién nacido y también ocasionar que no pueda caminar. En casos más extremos, no consumir la suficiente vitamina B9 podría llevar a la futura mamá a sufrir un aborto espontáneo o un parto prematuro.
Para evitar estos riesgos, es indispensable que las mujeres embarazadas consuman ácido fólico ya desde el primer mes de gestación. De acuerdo con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, la cantidad diaria aconsejada es de 200 mg de ácido fólico. En el caso de las mujeres embarazadas, la dosis diaria debería duplicarse para alcanzar los niveles óptimos. En muchas ocasiones, de hecho, será necesario el consumo de suplementos.
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