El análisis estratégico se refiere al proceso de llevar a cabo una investigación sobre una empresa y su entorno operativo para formular un plan que ayude al negocio a alcanzar sus objetivos.
En ese proceso intervienen distintos factores, como la recogida y evaluación de datos relevantes, la definición de los entornos internos y externos a analizar y la aplicación de distintos métodos analíticos, como el análisis de las cinco fuerzas de Porter, el análisis FODA o el análisis de la cadena de valor.
Proceso de análisis estratégico: pasos a seguir
El proceso de análisis estratégico variará en función de la visión, misión y valores de cada compañía, puesto que son estos elementos los que determinan las metas a alcanzar y, por tanto, el propósito de la investigación.
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Sin embargo, existen algunos pasos comunes a toda estrategia:
- Realizar un análisis del entorno actual. Desde el principio, una empresa necesita completar un análisis se este tipo que le permita conocer más a fondo su entorno interno. Será necesario tener en cuenta temas tales como ineficiencias operacionales, moral de los empleados y limitaciones de los problemas financieros. A esta perspectiva, habrá que completarla con datos sobre el entorno externo de la empresa, que incluyen tendencias políticas, cambios económicos y tendencias en los gustos de los consumidores.
- Determinar la efectividad de las estrategias existentes. Un objetivo clave de un análisis estratégico es determinar la efectividad de la estrategia actual en el entorno empresarial. Los estrategas deben hacerse preguntas acerca del éxito de los planes que se están ejecutando, las probabilidades de alcanzar los objetivos planteados o la alineación de la estrategia con la visión, misión y valores de la organización.
- Formular planes de mejora. Al evaluar la efectividad de las estrategias en marcha es muy probable que se identifiquen áreas de mejora. Será necesario hacer propuestas y plantear alternativas que también habrá que evaluar en el contexto del análisis estratégico. Las alternativas estratégicas potenciales incluyen cambios en la estructura de capital, cambios en la administración de la cadena de suministro o cualquier otra alternativa a un proceso de negocios.
- Recomendar e implementar la estrategia más viable. Finalmente, una vez se ha terminado de evaluar estrategias y proponer alternativas, llegamos a la fase de recomendación. Después de valorar la idoneidad de las distintas opciones estratégicas posibles, hay que recomendar la que se considera más viable y cuantitativamente rentable.
No hay que olvidar que las estrategias deben implementarse, evaluarse y reevaluarse. Es necesario que estén sometidas a constantes cambios y reajustes porque los entornos empresariales no son estáticos.
Niveles de estrategia a considerar en el análisis
Los planes estratégicos implican tres niveles en términos de alcance:
- Nivel corporativo. En el nivel más alto, la estrategia corporativa implica decisiones estratégicas de alto nivel que ayudarán a una empresa a mantener una ventaja competitiva y seguir siendo rentables en el futuro previsible.
- Nivel de negocios. En el nivel medio de la estrategia están las decisiones a nivel de negocio, que se centran en ganar posiciones de mercado para obtener una ventaja competitiva en la propia industria u otros sectores.
- Nivel funcional. En el nivel más bajo están las decisiones a nivel funcional, que se ocupan de actividades asociadas a diferentes funciones dirigidas a mejorar la eficiencia del negocio en general.
El análisis estratégico es el primer escalón para la mejora del posicionamiento de la empresa en los mercados y una valiosa herramienta que permite desarrollar su máximo potencial. El valor de las conclusiones que se extraigan de este proceso dependerá de la calidad de la información empleada, pero también del talento y la experiencia de quienes lo conduzcan, que deberán saber hacerse las preguntas adecuadas.
