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Andria Zafirakou, la profesora que ha aprendido más de 30 idiomas para hablar con sus alumnos

Andria Zafirakou era una profesora de arte más hasta que la Varkey Foundation decidió reconocerla como la mejor docente del mundo. Andria ha recibido este prestigioso galardón (valorado en un millón de dólares) por su tarea educativa en Brent, una de las zonas más desfavorecidas de Londres. Sea como sea, conseguir el premio no ha resultado nada fácil. Zafirakou se ha impuesto a más de 300.000 aspirantes, procedentes de 173 países. Pero, ¿qué hay de extraordinario en la historia de Andria? La respuesta no deja de ser sorprendente: su capacidad de aprender idiomas para satisfacer a los alumnos.

Y es que la zona de Brent, y el colegio de Alperton en concreto, acoge a alumnos de todas las partes del mundo. Precisamente por eso, Andria pensó que la mejor manera de potenciar su bienestar era hacerlos sentir integrados con un elemento común: la lengua. Según la profesora, «casi la mitad los vecinos han nacido fuera del Reino Unido, por lo que se hablan un centenar de idiomas en el colegio». Así pues, podemos decir que la tarea ha sido ardua pero muy agradecida. Entre los 35 idiomas que ha aprendido, se encuentran el portugués, el gujarati, el hindi o el tamil. ¿El objetivo? Que sus alumnos entren en contacto con la variedad lingüística. Y, sobre todo, que ninguno se sienta desplazado. De momento, a juzgar por el premio, podemos decir que Andria Zafirakou lo ha conseguido.

¿Qué nos enseña la historia de Andria Zakifarou?

  1. La escuela, como elemento de integración social. Andria denuncia la supresión de la asignatura de arte cuando hay problemas de presupuesto. Según la docente, esta materia ayuda a que los alumnos se comuniquen y, a la vez, les da más confianza. Además, remarca que la mayoría de sus estudiantes viven circunstancias muy difíciles en casa, por lo que la escuela resulta clave en su integración social y su pacadémico.
  2. Los idiomas de los alumnos, punto de encuentro. ¿Hay algo más íntimo para nosotros que la lengua que hablamos? En circunstancias de dificultad, que se dirijan a nosotros en un idioma que conocemos aumenta la seguridad personal. Por otra parte, si los compañeros de clase hablan otros idiomas, seremos más conscientes de la gran variedad lingüística de nuestro entorno.
  3. La pluralidad de orígenes, como fuente de riqueza. Las lenguas son, de hecho, un síntoma de la pluralidad cultural en el mundo. Lejos de dificultar la tarea educativa, esta situación es vista por Andria como una oportunidad para aprender idiomas entre todos. Y lo que es más importante: es una ocasión de oro para acercarse a sus alumnos y conseguir que progresen académicamente.

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