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‘Cinescola’, una iniciativa para introducir el cine en el aula

cine

¿Quién no ha disfrutado alguna vez de una película espléndida en clase? Aunque el cine aparece en ocasiones como complemento formativo, aún no goza de la regularidad necesaria para ganar protagonismo en el aula. Por este motivo, la iniciativa Cinescola (‘Cinescuela’) se encarga de reunir y compartir materiales docentes. ¿Qué se proponen? Pues muy sencillo: incorporar películas y cortos al currículum académico con el objetivo de que los jóvenes aprendan y, a la vez, se aficionen al cine. En este sentido, Ramon Breu, responsable del proyecto, denuncia que el cine en las aulas «depende todavía del voluntarismo» y que no están cubiertas las necesidades de todos los cursos: «Reivindicamos que la educación audiovisual debe formar parte de la educación general. Desgraciadamente, empezamos en ESO y Bachillerato, porque hay poco cine infantil interesante», apunta.  

Además, Cinescola ha cedido materiales a Filmclub, un repositorio para docentes, que quiere convertirse en una especie de Netflix para profesores. Así, los docentes podrían solucionar el problema legal que se produce en las aulas por los derechos de exhibición. En este sentido, Miquel Cerdà, director de Filmclub, subraya que los profesores deben transmitir unos hábitos de consumo transparentes y evitar el pirateo: «Es muy importante que se eduque en el respeto a los derechos de autor y que se note que no se piratean películas en clase. Muchos profesores se quedan en Youtube, pero por inercia», afirma.

¿Por qué es importante que el cine gane presencia en el aula?

  1. El uso de pantallas no puede obviar el cine. Muchos docentes cantan las excelencias del uso de las pantallas y las nuevas tecnologías en clase. Sin embargo, no se entiende que un elemento tan importante del sector audiovisual tenga, todavía, un papel secundario en el aula. Aprovechar los recursos debería significar, por fuerza, darle más protagonismo al cine. ¡Larga vida al séptimo arte!
  2. Es un elemento enriquecedor en todas las asignaturas. Aunque el cine parece más fácil de inserir en asignaturas como historia y filosofía, lo cierto es que, con un poco de imaginación y voluntad, es incorporable a todas las materias. Por ejemplo, puede ser un buen recurso para aprender idiomas o para mejorar en educación visual y plástica.
  3. La diversidad de formatos también es un punto a favor. Si el docente no quiere proyectar una película, tiene otras opciones sobre la mesa: cortos, documentales, entrevistas televisivas, etc. Un amplio abanico de ideas para despertar el interés cultural entre los alumnos.

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Fuente: El Periódico

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