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¿El siglo de China?

China avanza con paso firme hacia el podio de gigante económico mundial. ¿Terminará desbancando a Estados Unidos? Y si es así, ¿cuáles serán las consecuencias en el ámbito mundial?

En torno a este interrogante giró la décima sesión del Observatorio EOI de Economía Global, que contó con las intervenciones de Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia Pacífico en Natixis, profesora en la Hong Kong University of Science and Technology y una de las principales autoridades en la macroeconomía china, y Javier Serra, director general de Internacionalización de la Empresa en ICEX y consejero económico y comercial en Pekín durante más de una década. La sesión, celebrada en el Campus EOI Madrid, estuvo moderada por Agustín del Valle, director del Observatorio, economista y profesor emérito de EOI Escuela de Organización Industrial.

«El siglo XXI es de China, a pesar de Estados Unidos», afirmó categóricamente Alicia García-Herrero. En su opinión, el país asiático es «un mercado demasiado grande para ser ignorado».

Si bien enfrenta serios problemas estructurales, como el envejecimiento de su población, así como los efectos de la guerra comercial con Estados Unidos, estos factores «no son suficientes para deducir que China no va a ser la potencia hegemónica en el siglo XXI», en opinión de la experta de Natixis. Lo único que, en su opinión, frenaría el avance del gigante asiático sería un «cambio de régimen político», pero no causas económicas, ya que «puede crecer más que Estados Unidos».

Por su parte, Javier Sierra destacó en su intervención las oportunidades de negocio que el crecimiento de la economía china ha abierto a las empresas españolas, beneficiadas por el notable incremento del PIB y de la renta per cápita del país: «Nuestras exportaciones desde 2001 han crecido en un 1.194 %, mucho más que nuestras compras, en contra de la percepción que tenemos de que todo lo que consumimos está producido allí», aseguró.

También se ha transformado el valor cualitativo de esas exportaciones, que hasta 2011 eran, en su mayoría, productos industriales con poco valor añadido. «Desde entonces, el crecimiento en ventas se centra en productos dirigidos al consumo, alimentados por la demanda de las economías domésticas», especialmente componentes de automoción, pero también alimentación, bebidas, moda, cuidado de salud o cosméticos, destacó Sierra.

El director general de Internacionalización de la Empresa en ICEX lanzó varias reflexiones en torno a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, entre ellas el papel de la Unión Europea en esta batalla. «La UE está absolutamente desgarrada, con fuertes inversiones chinas en Grecia y Portugal y mucha dependencia de los países bálticos de Estados Unidos por cuestiones de seguridad frente a Rusia, y ese podría ser un efecto secundario de la guerra comercial, no descarto que intencionado», aseguró.

Igualmente, advirtió de los riesgos de ahondar en las desigualdades sociales derivados de «la ola de proteccionismo que nos invade: si durante los años de la bonanza hubo un saldo neto positivo que no se supo repartir y se crearon los descontentos que vivimos hoy y que políticamente estamos pagando, en un contexto de proteccionismo en el que el saldo neto es negativo, será más difícil todavía repartir esa pérdida de bienestar», afirmó. Una cuestión en la que incidió Alicia García-Herrero, quien aseguró que el crecimiento chino ha «generado una serie de desequilibrios por los que terminará pagando» y que la desigualdad es un problema que a largo plazo tendrán que enfrentar.

Ambos ponentes coincidieron también en la inquietud por un hipotético escenario en que Estados Unidos y China alcancen un acuerdo comercial al margen de la OMC, sin que la UE esté en la mesa de negociaciones, que dejaría fuera de juego el sistema multilateral de comercio.

Fuente: EOI Escuela de Organización Industrial

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