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Entrevista a uno de los fundadores de Emagister

Entrevistamos a Joan Ramon Castello, uno de los fundadores de Emagister, para descubrir los orígenes de la plataforma y los retos a los que se enfrentaba en sus primeros años de vida, cuando la llegada de Internet a la sociedad coincidía con el comienzo del milenio y las páginas web estaban a años luz de convertirse en una realidad para los centros e instituciones. Además, ahondamos en los objetivos actuales del portal, la evolución del mercado formativo y el futuro de la formación en la sociedad post-covid.

Charlamos con Joan Ramón sobre los inicios de Emagister

¿Cómo surge la idea de crear Emagister?

La idea de Emagister surgió en el último curso de la Universidad, nos juntamos 4 familiares que nos licenciábamos ese mismo año y, analizando un poco los siguientes pasos en nuestras vidas, decidimos que era el momento ideal para lanzarnos a la aventura de emprender. No teníamos hipoteca, ni coche, ni ningún cargo fijo, tampoco teníamos dinero, también hay que decirlo… por lo que decidimos buscar inversores para nuestro proyecto.

Era el año 2000, en plena burbuja de Internet y analizando cuáles eran los proyectos con más crecimiento en USA, vimos claramente la oportunidad de crear un portal de formación en España. 

Además siempre hemos creído que la formación es un complemento ideal para el mercado laboral por lo que vimos clarísimo que quién más nos podía aportar, no solo en términos financieros, era grupo Intercom, en aquel entonces, incubadora de negocios de internet líder en España que contaba entre sus negocios con InfoJobs.

¿Cuáles son los pilares sobre los que se sustenta Emagister y por qué se decide que se sustente sobre esos pilares?

En Emagister siempre hemos pretendido hacer mejor a las personas a través de la formación y para ello siempre hemos trabajado intensamente para tener el catálogo de cursos más amplio y profundo posible, la mejor herramienta de comparación y toda la información complementaria como opiniones de exalumnos para ayudar a los usuarios a decidir sobre cuál es la formación que más se adecua a sus necesidades.

¿A qué retos se enfrentaba la empresa en el momento de su lanzamiento?

El principal reto en el año 2000 en España fue conseguir el catálogo de cursos. En aquella época existía un porcentaje muy bajo de centros de formación que tuvieran página web. Muchos de los centros ni siquiera tenían su listado de cursos digitalizado por lo que tuvimos que crear sistemas de digitalización y clasificación de la información bastante complejos teniendo en cuenta la tecnología de la época.

¿A qué nuevos retos se enfrenta Emagister en nuestros días?

Nuestro principal reto a día de hoy es el de ofrecer a cada usuario lo que realmente necesita. En un mundo tan globalizado y competitivo como el actual donde las opciones de formarse son prácticamente infinitas, es importantísimo que los futuros alumnos dispongan no solo de un catálogo muy amplio donde elegir sino también de información cualitativa. Es por ello que en Emagister utilizamos algoritmos basados en machine learning para la recomendación de la formación, algoritmos que estamos continuamente mejorando.

¿Qué diferencias encuentras dentro del sector educativo a principios de siglo frente al momento actual? 

A mi modo de ver, la principal diferencia reside en la democratización de la formación. Ahora prácticamente todo el mundo tiene acceso a ella porque lo que antes entendíamos por aprendizaje no tiene nada que ver con la realidad actual. Antes formarse significaba ir a una clase física varias veces por semana, en unos horarios fijados y, normalmente, invirtiendo cierta cantidad económica en ello. Ahora podemos aprender a cualquier hora del día, desde casa, desde el tren o incluso desde el trabajo y sin que ello nos tenga porque costar un solo euro.

¿Crees que el futuro de la formación se encuentra en internet, sobre todo en la sociedad post-pandemia, o resurgirá de sus cenizas la formación presencial?

Es evidente que la pandemia ha acelerado un proceso que era inevitable, las ventajas de la formación online son tantas, que son un complemento perfecto para la presencial. Es como la comunicación con nuestros parientes o amigos, durante la pandemia gracias a las videollamadas, los hemos visto mucho más que antes, a través de una pantalla, es verdad, pero hemos estado más en contacto que nunca, es más, me atrevería a decir que seguimos estando más en contacto que antes pero es evidente que un móvil no puede suplir el contacto físico y que, a la que hemos podido, hemos corrido a visitar a nuestros padres y familiares.

Para mí con la formación sucederá lo mismo, el online en algunos casos será un sustituto del presencial pero no en todos y el online ha venido para quedarse pero también para complementar al presencial.

¿Qué cosas quedan por mejorar dentro de la plataforma?

Muchas. Muchísimas. Tenemos una larga lista de cambios que estamos continuamente probando. De la misma forma que evoluciona la sociedad y la formación en particular, lo tiene que hacer Emagister

¿Qué queda en la actualidad del proyecto primigenio sobre el que se fundó Emagister?

Es evidente que han cambiado muchísimas cosas en 21 años pero la esencia sigue siendo la misma. Nuestro sueño es hacer mejor a las personas. Eso continúa intacto.

¿A qué dificultades se hizo frente cuando se decidió dar el salto al mercado internacional?

La principal dificultad fue articular nuestra red comercial para ofrecer nuestros servicios a centros e instituciones de formación desde España. Con México e Italia fue relativamente sencillo pero con Francia nos costó muchísimo. En el año 2006 los franceses estaban bastante menos habituados a las transacciones electrónicas que nosotros y lo de contratar unos servicios por teléfono a una empresa que estaba en España era poco menos que impensable para ellos. Necesitaban recibir una visita presencial y, a poder ser, de alguien que hablara perfectamente francés.

En la propia página web se hace hincapié sobre la idea de que Emagister tiene el objetivo de “hacer accesible la formación a todo el mundo”. ¿Qué medidas se han tomado o se toman para conseguirlo?

En Emagister siempre hemos intentado tener toda la formación disponible en un país, recibamos una compensación económica por parte de los centros de formación o no. Aparte, tenemos cursos de todos los segmentos y precios. Desde formaciones que pueden costar menos de 100€ hasta los MBAs más caros del mundo.

Y todo ello siempre de forma gratuita para el usuario. Nunca hemos pretendido cobrar a nadie por utilizar nuestra herramienta. 

¿Qué medidas se toman para garantizar el acceso a una formación de calidad para los alumnos? ¿Qué protección existe frente a empresas, instituciones o centros que pueden aprovecharse de su desconocimiento para sacar un beneficio económico?

En Emagister tenemos un equipo que se dedica exclusivamente a revisar que la información de los cursos que publicamos sea la correcta, aparte, estamos constantemente pidiendo la opinión de exalumnos sobre las formaciones realizadas y nos aseguramos que sean verídicas y contratadas, por lo que no censuramos ninguna experiencia negativa. Finalmente, desde hace ya más de 10 años, tenemos la figura del defensor del alumno, un servicio gratuito mediante el cual ofrecemos al alumno asesoramiento incluso jurídico si fuese necesario para que, en el caso de tener una experiencia negativa justificada con una formación, se llegue a un acuerdo de compensación con la institución o incluso poder ir a juicio. 

Después de 21 años, Emagister continúa siendo una plataforma líder en formación conocida tanto dentro como fuera de las fronteras españolas. Al preguntar por las claves de su éxito, la respuesta del fundador fue clara:

Perseverar en nuestro sueño.

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