Es un hecho que el mundo de la educación ha tenido que crecer, evolucionar, cambiar y reinventarse para afrontar y superar tiempos muy difíciles causados por la pandemia. Para analizar y aclarar esos cambios y una evolución difícil de concebir sin las excepcionales circunstancias, hay eventos como la jornada “Transformación de la Sociedad y de la Universidad ante la nueva Ley de la Sociedad del Aprendizaje”, en el que tomó parte el presidente de IMF Institución Académica, Carlos Martínez.
El evento fue organizado por la Fundación Universidad-Empresa, y en él también tomaron parte María Gómez-Seco, Talent Acquisition Discipline Manager en BBVA; Luis González Lorenzo, CEO en Turing Technologies; y Carlos Molina, CEO en 5Opro; en una sesión que dirigió y moderó por Javier Chicote, del diario ABC para hablar sobre los nuevos modelos de aprendizaje, de enseñanza y de acreditación.
Una de las principales conclusiones extraídas fue la necesidad del entorno educativo de adaptarse al medio online, la exigencia de tal adaptación y la urgencia por lo repentino de los confinamientos causó problemas, ya que no hubo fases de pruebas ni bases sólidas. Pero también hay ventajas de ese modelo online, como fes la mayor facilidad para ofrecer mayor atención a cada alumno de forma directa y personalizada, quedando patentes las mejoras que ofrece para la educación un modelo híbrido con un fuerte componente tecnológico y online.
Algunos métodos online, como Skype o Zoom, se empezaban a usar ya de forma residual antes de la pandemia, pero lo cierto es que ha sido ante la necesidad que estas herramientas se convirtieron en el mejor aliado de profesores y centros educativos. Además, las grandes empresas de la tecnología aprovecharon también para mejorar y lanzar nuevas y mejores herramientas online para aplicar al entorno formativo. Los centros educativos también han ido evolucionando y han incorporado progresivamente esas nuevas herramientas, especialmente ideales para formaciones superiores, como másteres y estudios de grado universitarios.
Históricamente, los contextos de crisis han supuesto también coyunturas de oportunidades en las que han brillado propuestas creativas e inusuales. El entorno de la educación no es diferente, ya que tanto centros, como profesionales como la propia educación se han reinventado buscando nuevas oportunidades ante la imposibilidad de volver a la situación previa a la pandemia. Para cada perfil profesional es ideal seguirse formando y aprovechar las circunstancias, ya que un CV actualizado en el que e vea iniciativa y creatividad ante la adversidad es muy atractivo y ofrece ventaja en procesos de selección.
La educación está evolucionando también en sus postulados, ya que ya no se trata de obtener títulos y de aprender exclusivamente las habilidades para desarrollar un trabajo. Lo que se prioriza ahora son habilidades más transversales, que permitan mejorar la gestión de equipos y situaciones, suele estar relacionado con la inteligencia emocional, y no necesariamente son habilidades que se usarían en el día a día de muchos trabajos, pero sí que permiten a muchos perfiles marcar la diferencia en los procesos de selección y también en el desarrollo de la actividad profesional. Por ello, la educación también evoluciona en esa dirección y cada vez se prioriza más la consecución de esas otras habilidades, llamadas ‘soft skills’.
El desempleo causado por la crisis sanitaria ha puesto mucha responsabilidad sobre empresas y centros educativos, que deben ir de la mano, para evitar que los números del INEM sigan subiendo en los próximos tiempos, ya que en muchos casos la formación teórica de las universidades no tiene mucho que ver con la aplicación práctica en el mundo profesional que se experimenta en las empresas, por ello, la aplicación de casos reales prácticos y, en la medida de lo posible, las prácticas profesionales deben ser imperativas en todos los sectores, para esto último, las empresas deben colaborar con los centros y ofrecer condiciones favorables también a los estudiantes.
El coronavirus ha dejado evidencias de la necesidad del entorno educativo de reinventarse y adaptarse a unas nuevas circunstancias, a las necesidades del mercado y a lo que necesita la sociedad y las empresas a las que debe hacer llegar trabajadores preparados. «Esta inédita situación ha hecho que hayamos evolucionado cuatro años en lo que se refiere a transformación digital. Sin duda, en un contexto ordinario, lo hubiéramos hecho de forma más lenta. Pero esto solo es el primer paso para llegar a la educación 100% online, en la que IMF es nativa”, concluía Carlos Martínez al final del evento “Transformación de la Sociedad y de la Universidad ante la nueva Ley de la Sociedad del Aprendizaje”.
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