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La importancia del contrato de contingencia en la infancia

El contrato de contingencias o contrato conductual, se enfoca en corregir el comportamiento de las personas. En la etapa de la infancia, esta guía de conducta se basa en enseñar al menor que con una buena conducta, puede obtener muchos beneficios, a través de una recompensa.

Lo más complicado de este proceso para los adultos, es cumplir el acuerdo al pie de la letra. En muchas ocasiones, los mayores suelen dulcificar la conducta de los niños y terminan cediendo ante ellos. Creando un círculo vicioso y dando una lección errónea al menor, demostrándole que a pesar de su mal comportamiento, siempre ganará. Por eso es importante afianzar el refuerzo positivo y hacerles ver cuando su conducta no es la adecuada.

Los contratos de conducta pueden realizarse entre personas de todas las edades. Sin embargo, con los niños suelen obtenerse muy buenos resultados. Reforzando una mala conducta o mejorando en sus estudios. Al final, la recompensa, siempre serán beneficios.

Es importante analizar el comportamiento del niño

En la gran mayoría de los casos, los pequeños buscan como llamar la atención y  pueden llegar a protagonizar escenas caóticas. Con el contrato de contingencias lograrás corregir esa conducta y para ello deberás analizar detalladamente lo que quieres corregir del menor.

La falta de disciplina en los estudios, es un factor determinante para realizar este tipo de acuerdos, logrando que el menor se tome más enserio su aprendizaje y responsabilidades. Algo que debes tener en cuenta, es que no puedes exigirle al menor que saque un 10 en una materia cuando tiene dificultades en su aprendizaje. Las exigencias deben adaptarse a las capacidades de cada pequeño. Si es el caso, pídele que se esfuerce por mejorar que lo demuestre y ofrécele una pequeña recompensa por ello y conforme logre los objetivos, mejora los obsequios.

Hacer contratos siempre tiene sus ventajas

En toda negociación existen ventajas que benefician a ambas partes. Y así mismo ocurre, con los contractos de conducta.

  • Siempre cumple con lo acordado. Premia al niño inmediatamente que cumpla con las metas y no prometas más de lo que esté en tu mano. Esto te ayudará a llevar a cabo nuevos contratos y verlos realizados por los pequeños. En la adolescencia suele variar un poco. En estos casos, el adolescente demora un poco más en ver el resultado de sus esfuerzos. De igual forma actúa de inmediato y retribuye sus esfuerzos lo más pronto posible.
  • Los acuerdos logran acercamientos entre las partes, crean mayor empatía entre los firmantes, ya que se generan a través del dialogo. En muchas ocasiones, el mal comportamiento de un niño, tiene la intención de llamar la atención. En este tratado no solo tendrá toda la atención que pide, también tendrá un espacio para expresar lo que quiere y escuchar lo que se espera de él.
  • El niño obtendrá beneficios, siempre y cuando cumpla con la parte de su acuerdo y si es notorio su cambio de comportamiento y actitud.
  • La disciplina y el buen comportamiento son clave para obtener mayores beneficios, incluso a lo largo de su vida. Esto le servirá para marcar sus propósitos a medida que va creciendo.

Cumplir correctamente con el contrato

Lo primero es hacer un contrato por escrito. Esto debe hacerse formal, para que el pequeño lo tome en serio. Además, el hecho de que esté por escrito, ayudará a recordar los objetivos y las metas por alcanzar.

Se consecuente con los premios. Ten en cuenta que si el cambio no representa demasiado esfuerzo, el premio tampoco debe ser excesivo. Lo ideal es ir marcando  las pautas, ofrecer pequeñas distinciones, hasta alcanzar la meta más importante. Si es el caso, proponerle que estudie más, a cambio de su comida favorita y si pasa todo el curso sin problemas, ofrécele algo más generoso.

Algo que no puedes dejar pasar, es que cada punto debe quedar correctamente claro, sin dobles lecturas o interpretaciones. En el momento de escribir el contrato, logra que ambas partes estén de acuerdo. El niño también hace parte del contrato de contingencias, por lo que debe participar en su escrito. Es importante que el pacto quede sellado con la firma de ambos y  que esté a la vista del menor, para que lo evalué constantemente.

El adulto debe poner el ejemplo

Los adultos suelen ser quienes más incumplen el contrato de contingencias, debido al poder de persuasión que tiene los niños en este tipo de situaciones. Esto supone una conducta errónea en los niños, que si no es tratada con refuerzo positivo, puede llegar a ser repetitiva. Para logra un buen acuerdo, lo más importante es ser tajante y ganar la confianza del menor. Por eso, dejarlo por escrito sella el pacto y se demuestra mayor seriedad al compromiso adquirido.

Así que, aunque cueste, deberás ser estricto y no premiar al niño si este no cumple con su parte del trato. Si queremos que el pequeño gane disciplina, se debe empezar dando ejemplo.

El contrato de contingencias es aplicable a modelos educativos, a padres de familia, es efectivo entre adultos, pero mucho más efectivo si está orientado a la infancia. Si quieres profundizar en las técnicas y herramientas más eficaces para mejorar la conducta infantil, amplia tus conocimientos en el  Máster en Pedagogía y Psicopedagogía Infantil  y dirige tu carrera al éxito profesional.

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