El Museo del Romanticismo de Madrid presenta la exposición temporal “La moda romántica”, una muestra que ahonda en los usos sociales de la moda del siglo XIX.
Se exhiben un total de 22 diseños, tanto femeninos como masculinos, ubicados en salas contextualizadas, recreando el ambiente de la época. Podemos disfrutar de vestidos de gala, goyescos, de paseo o trajes de novia, así como levitas, fracs y chalecos de caballero.
La moda es un fenómeno interesante para acercarnos a todos los cambios sociales que acontecen durante el siglo XIX. Se producen transformaciones en todos los órdenes de la vida cotidiana y la burguesía se alza como protagonista indiscutible. Es el comienzo de los primeros grandes sastrescon firma propia, aparecen las primeras revistas de moda y, por primera vez en la historia, damas y caballeros sucumben a los cambios de temporada con sus tendencias particulares.
Hacia la segunda mitad del siglo XIX sea alían varias circunstancias que permiten a un segmento mucho más amplio de la población disfrutar de la moda y de sus últimas tendencias. Es de especial significación para este fin, la aparición de grandes almacenes en la década de 1850, permitiendo a los clientes acceder a una mayor variedad de mercancías y a precios más razonables.
Al mismo tiempo, acontecimientos como las Exposiciones Internacionales o el desarrollo del transporte con el ferrocarril y los barcos de vapor, propician que el comercio internacional experimente un gran auge. Por su parte, las revistas de moda prosperan de manera vertiginosa por toda Europa occidental y Estados Unidos. La moda es un fenómeno que consigue interesar a un gran número de público, y sus lectores potenciales son cada vez más numerosos. Tan solo en Madrid, entre 1833 y 1869, se editan alrededor de 30 publicaciones femeninas o revistas de moda, globalizándose así los gustos y tendencias.
Esta exposición destaca el uso social del traje como medio social, en un periodo en el que el vivir cotidiano estaba sólidamente unido a la observancia de las rígidas costumbres establecidas.
Existía un estricto protocolo que disponía la vestimenta adecuada al decoro propio de cada actividad: el diálogo, el paseo, la visita, el baile, diferentes actos políticos o de sociedad, etc. Cada acontecimiento debía ir con la etiqueta adecuada.
La muestra también analiza la evolución que se produce en el diseño desde principios de siglo y a lo largo del reinado de Isabel II. Se puede observar, que década a década, la silueta femenina va variando, desde el traje imperio, fruto del furor neoclásico de principios de siglo, hasta las impresionantes y voluminosas faldas de los años 60, ahuecadas con crinolinas, pasando por la austeridad en el vestir en 1840 o el desarrollo del busto y las prominentes mangas de los años 30. El traje masculino, en cambio, permanece casi inalterable durante toda la centuria.
La moda romántica en España, supone un punto de inflexión en la historia del traje. Se ponen en relieve los signos diferenciadores de género; atuendo sobrio y de hechuras funcionales para el hombre, e hiperdecorativo y paralizante para la mujer.
Conocer la historia de la moda, ver diseños realizados en épocas anteriores, así como analizar su evolución y significado en el tiempo contribuye a mejorar los proyectos de moda que vayamos a realizar. El conocimiento es inspiración.
