Grandes recursos y financiación, gobernanza ágil y competencial y mayor concentración y captación del talento. Estos son los elementos que representan a las universidades de mayor fama y los que deberían servir de ejemplo a la hora de llevar a cabo una transformación universitaria para adecuarse a los nuevos contextos que implican los cambios tecnológicos, sociales y económicos.
Así lo ha subrayado Juan Vázquez, el primero en intervenir en el ciclo ‘Los futuros de la Universidad’ que organiza UNIR. El catedrático de Economía Aplicada, exrector de la Universidad de Oviedo y expresidente de la CRUE ha estrenado este seminario que dirige Rafael Puyol, presidente de UNIR y que, entre los meses de enero y julio, contará con la asistencia de seis expresidentes de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y de su directivo actual.
En su toma de palabra, Vázquez ha empezado afirmando que “queda mucho por hacer pensando en la universidad del futuro” y ha pedido “más reflexión, diagnóstico y prescripción para agregar temas fuera de los debates típicos de la sociedad”. En su opinión, no se trata únicamente de cambiar leyes y normas, sino de “incorporar usos nuevos y revitalizar” de una manera junto a las inclinaciones globales.
Un escenario que implica que el requerimiento educativo seguirá aumentando pero con un mayor componente transnacional, con distintas formas y maneras de participar en la educación superior, cambios en la oferta y una competencia abierta y global. En definitiva, se tratará de una universidad menos homogénea y más variada. Panorama al que contribuye la aparición de la metodología online, “cambia los paradigmas tradicionales al facilitar estudiar a la carta cuándo y dónde queramos, e implica cambios notables en todos los sectores universitarios”, ha afirmado.
Cambios que deben centrarse, según Vázquez, en varios elementos. El primero, como no podía ser de otra manera, implica a las enseñanzas. “Hay que ordenar lo que tenemos, contamos con un número exagerado de titulaciones y algunas con poca demanda”, ha subrayado. Además, ha enfatizado en la importancia de fortalecer los vínculos entre formación y trabajo: “El portfolio de titulaciones se queda anticuado y deberíamos responder con mucha más rapidez y flexibilidad a los cambios de cualificación y a lo que la sociedad está requiriendo”. En ese sentido, ha optado por agregar de manera transversal saberes vinculados con el pensamiento y los instrumentos computacionales.
Otro de los grandes ejes de la educación universitaria, los estudiantes, ha sido también motivo de análisis, al incurrir en la instauración de mecanismos que facilitan identificar mejor los nuevos perfiles de alumnos, desde su lenguaje a sus destrezas y motivaciones. “Los profesores no hemos sabido acondicionarnos y hay que desarrollar aprendizajes personalizados”, ha perseverado.
Precisamente los maestros han abarcado su atención al considerar como “imprescindible” la adopción de una política de rejuvenecimiento de las plantillas, en la que se “reduzca la fase de adquirir méritos y se den más apoyos al desarrollo, además de atraer talento”.
Por otra parte, tras evaluar la enorme importancia de la adopción de dispositivos de acreditación y evaluación, el exrector de la Universidad de Oviedo ha defendido la necesidad de “articular mejor la relación universidad-CSIC y de apreciar mucho la investigación”.
Tampoco ha escapado de la cuestión de disminuir los precios de las matrículas, aspecto sobre el que se ha mostrado en desacuerdo, porque afecta “a la suficiencia y equidad del sistema; la alternativa es repartir mejor el sistema de becas y reflexionar sobre por qué en España no funcionan los métodos de préstamo”. Por último, ha deplorado la existencia de una “cierta incomprensión social con los que trabajan en la universidad y la falta de táctica de los gobiernos para las universidades”.
Sus palabras han sido escuchadas con mucha atención por la tribuna, entre los que se encontraban el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, el viceconsejero de Ciencia, Universidad e Innovación de la Comunidad de Madrid, Alfonso González Hermoso de Mendoza y Luis Delgado, del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE). Todos ellos han coincidido con la valoración aportada por Juan Vázquez.
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