Cuando éramos pequeños todos dábamos por hecho que las clases eran aburridas y deseábamos que llegara la hora del patio o la de salir de la escuela. Y no nos equivocábamos, no del todo al menos, ya que divertir a un niño con el Renacimiento Sumerio y la posterior Babilonia o las obras de Montesquieu es una tarea, cuanto menos, difícil.
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Si este tipo de materias ya son densas para los jóvenes o adultos, imaginaos para un niño que aún no es consciente de que el saber le ayudará y le hará mejor persona. Mientras escuchan las crónicas de las cruzadas ellos piensan en la merienda o en la pantalla que se van a pasar en su videojuego favorito. Entonces… si mientras el profesor está explicando ellos piensan en videojuegos, ¿por qué no hacerles jugar para que aprendan?
En ello se han puesto varios docentes de institutos y universidades españolas que utilizan sagas de videojuegos como ‘Civilization’, ‘Age of Empires’ o Assasin’s Creed’ como una forma eficaz de llevar a la práctica la teoría histórica, dadas sus múltiples ventajas como la diversión, la inmersión que generan (conseguir que se introduzcan en la historia sin aburrirse y sin distracciones), el grafismo (ver mapas, imágenes y textos todo a la vez en una pantalla) y la interactividad (puedes moverte alrededor de un mapa, de una ciudad…)
Con los diferentes estímulos, los alumnos experimentan con el pasado, con el patrimonio, con la evolución temporal, y ellos mismos comprueban cómo va evolucionando, cómo cambian, qué variables entran en juego para que una sociedad pueda progresar adecuadamente. No obstante, el implementar este modelo de educación no sólo depende de los docentes emprendedores, y se han encontrado con el rechazo de otros profesores y algunos padres.
Lo cierto es que, objetivamente, nos guste o no tenemos que ir avanzando al ritmo de nuestra sociedad, y ahora vivimos en la era digital. En educación, deberíamos dejar un poco de lado las clases tan académicas cuando nos dedicamos a niños pequeños, e intentar introducir la historia desde otro punto de vista.
Y tú, ¿Crees que el aprender jugando es un buen método educativo o confías en el sistema establecido? Deja tu opinión y ayudemos entre todos a mejorar la educación de los más pequeños.
