Cuando se menciona la palabra educación a la mente acude la imagen de libros y montañas de apuntes. Solemos asociar la formación a la idea de aulas universitarias con decenas de alumnos donde el docente imparte teoría desde un estrado apoyándose de una pizarra que casi ocupa toda la pared. Y para acabar, la mente vuelve a recordarnos que estudiar es enfrentarse a memorizar cientos de páginas y apuntes.
Estas son las asociaciones más comunes que establecemos al oír la palabra educación, por lo que no es raro que los cursos, másteres y talleres no son vistos como experiencias a regalar. Estos mitos y malas impresiones son uno de los retos a los que deben hacer frente las escuelas de negocios. Pero… ¿cómo?
Con cuadros docentes de profesionales en activo que imparten clase sobre materias con las que trabajan en su día a día. ¿Por qué? Porque esto no solo les permite dar un enfoque práctico lleno de ejemplos de casos reales si no que, además, son muy conscientes de los retos que el mercado plantea en la actualidad.
Con metodologías basadas en contenidos aplicables al día a día laboral, ejercicios que permitan la mejor compresión de la materia, acceso a bibliotecas virtuales que faciliten al alumno centrarse en aquellos puntos que mayor interés le susciten. Formando grupos de trabajo que integren alumnos de diferentes áreas y momentos profesionales para poder generar sinergias nuevas.
La Escuela de Negocios y Dirección va un paso más allá y en sus másteres digitales sustituye los convencionales exámenes por Challenges. En los Challenges una empresa del sector digital acude a la escuela y presenta a los alumnos un reto basado en la asignatura impartida. Los alumnos deben poner a prueba todo lo estudiado y presentar, al cabo de las semanas, una propuesta frente a un jurado formado por la empresa, el profesorado y equipo directivo de la escuela.
Los challenge hacen que el alumno se plantee nuevos enfoques, le surjan dudas que se le podrían presentar al profesional en el desempeño de su trabajo y le permite desarrollar habilidades núcleo imprescindibles. Para las compañías es una gran oportunidad para descubrir nuevos talentos.
La educación basada en estos pilares se convierte en una experiencia enriquecedora, y pasa a ser una opción a regalar estas navidades a familiares, parejas o amigos que se quieran reciclar, que quieran ascender en su trayectoria profesional, o para aquellos que quieren emprender y luchar por un proyecto propio.
Son cientos los artículos que exponen como el futuro del mercado laboral está plagado de puestos de trabajo que todavía no existen. Son otros tantos los artículos que hablan de cómo las empresas buscan profesionales formados en análisis de datos, en la digitalización de empresas,… compañías que demandan profesionales que tengan una visión global de las empresas para poder tomar decisiones eficaces que maximicen beneficios.
La educación basada en la práctica y la experiencia, como en la Escuela de Negocios y Dirección, es un regalo en alza. Es un impulso para que la persona a la que deseamos regalar siga avanzando en el campo que ella desee.
