Una queja habitual entre los estudiantes de periodismo es que la carrera es demasiado genérica. Se aprende poco de muchas cosas y el fenómeno inverso no es muy habitual. Si bien es cierto que con el tiempo la carrera de cada periodista se va encaminando hacia temas concretos, los tiempos han cambiado y no está de más partir desde una base bien asentada de conocimientos.
Cada persona tiene debilidad por ciertos temas: hay quien se interesa por la economía, quien vive por los viajes o quien sigue el día a día de los conflictos bélicos mundiales. La mayoría de los estudiantes que se apuntan a un grado de comunicación y periodismo proyectan en su cabeza cuál será su futuro y si en él llevará un chaleco antibalas o un micrófono ante la Casa Blanca. El instinto suele guiar los pasos de dichos profesionales.