En teoría, el fin de semana es una oportunidad de oro para descansar de las obligaciones. Sin embargo, muchos estudiantes ven como la cantidad de trabajo se acumula y deben sacrificar el sábado o el domingo para avanzar faena. De hecho, cada vez hay más personas que combinan la formación con la vida laboral. A menudo, estos alumnos tienen que aprovechar los días festivos para preparar los trabajos y los exámenes. Por otra parte, los periodos de evaluaciones y entregas también son sinónimo de poco relax. Así pues, no es extraño que el hecho de no disfrutar de ningún día de desconexión genere sensaciones de estrés y desánimo.