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Todo cambia, incluso la Adolescencia. La nueva realidad de nuestros adolescentes.

Mentes saturadas de información, sociedad de la inmediatez. La realidad actual nos exige tomar decisiones precipitadas, sobre todo que sean rápidas y si no son acertadas luego aparecerá la culpa. Nuestros adolescentes se sienten presionados,  tienen miedo a encontrarse con sus pensamientos, a estar solos. Cada vez más conectados, cada vez más solos.

Construimos adultos infelices que buscan algo que creen que desean y luego descubren que no les satisface. El periodo de la adolescencia suele caracterizarse por ser de incomprensión y conflictos. A este terreno desconocido, se añade que cada vez los padres encuentran más dificultades para afrontar con éxito el refugio que supone para los chavales la tecnología. Estamos ante una situación diferente, por lo tanto aprenderán de manera diferente. Esa sensación de pérdida se extiende hasta ellos mismos. Sintiendo la necesidad de que otros les vean y les identifiquen como parte de su grupo, buscando destacar y que se confíe en ellos. Este artículo lejos de ser desesperanzador, quiere mostrar lo que hay al otro lado, haciendo que la información facilite la etapa que están atravesando los adolescentes.
Hablemos de las últimas generaciones que nada tienen que ver con sus predecesoras:


Generación Z (1994-2010). Nos encontramos con nativos digitales. Suelen desarrollar numerosas actividades de manera autodidacta. Justicieros y muy creativos. Cuestionarán toda la información que les llegue, no sirve la imposición con esta nueva generación. Desconfían del sistema educativo actual, valoran la inmediatez y poseen menos capacidad de atención. Encontrando la mayoría dificultades para expresarse de manera oral y escrita.
Generación Alpha (a partir del 2010). La tecnología es su manera de conocer el mundo. Son más solitarios, decididos, inteligentes y permanentemente conectados. Han mejorado destrezas visuales y tienen mayor especialización en las tareas.


Las cifras nos muestran un claro aumento de los problemas de salud mental en adolescentes desde la pandemia de Covid 19 hasta ahora. 1 de cada 5 adolescentes ha padecido o padece algún problema relacionado con la salud mental. Ofreciendo una visión de crisis nacional “sentirse tristes constantemente, con una sensación de vacío que no se va”. Sentimientos asociados a experiencias de racismo, estigma social en torno a la identidad sexual y a la violencia sexual. Nos encontramos a diario adolescentes con insomnio, trastornos de conducta, conductas de riesgo, todo esto acompañado de los cambios a la hora de relacionarse. Han aumentado los pensamientos suicidas un 10%. Y hemos podido observar una epidemia de autolesiones. Significando una vía de escape para los jóvenes, haciendo visible su dolor emocional (miedo, inseguridad, culpa). El alivio inmediato y momentáneo que sienten es suficiente para que ese comportamiento se vuelva a producir. Como padres y adultos responsables de los adolescentes hay síntomas que nos pueden indicar que algo no va bien: cambios de humor y comportamiento, cambios en la alimentación o el sueño, tapar sus brazos y piernas, reducir su actividad diaria, aislarse de sus iguales, llanto, somatizaciones, etc. En estos casos sería recomendable consultar con un profesional.


Cuando estas dificultades les impiden acudir de forma habitual a sus centros académicos o no existe una convivencia familiar satisfactoria, ni relaciones saludables con sus iguales. Existen unidades de hospital de día de adolescentes, que dan cobertura a pacientes de 14 a 18 años con diagnósticos similares. En el centro Mentalia Montreal El Plantio (Madrid) existen diversos grupos y terapias enfocados a abordar de forma individual y grupal sus problemáticas. Pretendiendo recuperar su vida académica, social y familiar. Tratando trastornos de personalidad, trastorno obsesivo compulsivo, esquizofrenia, trastorno de conducta, trastorno de actividad y de atención, patologías fóbicas, trastorno del estado de ánimo y trastorno de la conducta alimentaria. Todo ello abordado desde las diferentes terapias, acompañando a la familia y supervisando el tratamiento farmacológico.
Esta generación no es una generación condenada, es una generación sensible, creativa, libre, activa, reflexiva y esperanzadora que necesita de la conciencia social para dar respuesta a sus necesidades.

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Autor:

Elena Notario

Psicóloga Infanto-Juvenil

Profesora  Máster en Salud Integral de la Adolescencia

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