El cierre de una línea ferroviaria no debe suponer la pérdida de su uso público y el abandono del patrimonio público vinculado, como estaciones, viaductos, túneles… En los últimos 25 años se viene reconvirtiendo los antiguos trazados ferroviarios en itinerarios aptos para el uso y disfrute ciclopeatonal de toda la población, ya que una de sus principales características es su accesibilidad universal.
La recuperación de estas infraestructuras ha permitido crear alternativas económicas para la población local, ya que se ha dinamizado el turismo. Esto ha favorecido la instalación de establecimientos de todo tipo para prestar servicios que cubran las demandas de los usuarios. Su recuperación ha permitido poner en valor y rescatar del abandono un rico patrimonio de estaciones, puentes, túneles y trazados. Sin esta segunda vida, de estas antiguas infraestructuras, su futuro habría sido su olvido y destrucción.
Asimismo, la reconversión de estos trazados favorece la potenciación de alternativas saludables y seguras para hacer deporte al aire libre. Son itinerarios aptos para practicar el ciclismo y pueden ser utilizados por peatones, ya que dispone de infraestructuras adaptadas para ambos perfiles de usuarios. Esta característica es una de las más importantes, ya que no se permite el uso de medios de transporte motorizado dentro de las Vías Verdes, lo que favorece su seguridad y potencia su utilización universal.
El programa español de Vías Verdes se encuentra gestionado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, la cual promueve y dinamiza las Vías Verdes a nivel estatal. Actualmente, hay 2.700 kilómetros de Vías Verdes en España, repartidos en 123 itinerarios por todo el territorio nacional. No obstante, existen cerca de 7.600 kilómetros susceptibles de ser recuperados, contando las Comunidades Autónomas de Andalucía y Castilla y León con más trazados en desuso y, por tanto, susceptibles de ser reconvertidos en futuras Vías Verdes.
