Comienza la 61 edición de la Semana internacional de cine de Valladolid, la ciudad se pone de gala y los diseñadores vallisoletanos pasamos, por unos días, a formar parte del backstage del Festival, tanto para la red carpet como para el casual dress.
El Showroom del festival se sitúa en la planta 7 del Hotel Olid Meliá, donde se aloja casi todo el elenco de actores y personal relacionado con las películas y cortos que se proyectarán. En la habitación de al lado, peluquería y maquillaje.
Todos preparados para la cuenta atrás. Comienza la película.
Actrices, directoras, productores, presentadoras, gran parte de las asistentes a la gala de inauguración o clausura, piden cita para llevar moda Made in Valladolid. Para ellos, corbatas, trajes y pajaritas. Tras varias pruebas, ver diferentes outfits de diseñadores como Irene de la Cuesta, Noelia Moya, César González, Natacha Arranz y Eulalia Mateos, entre otros, y elegir el más adecuado para posar ante las cámaras, seleccionan las joyas y los complementos perfectos firmados por nombres como Elena Milhom, Kiko Contreras, Antonio Zuñiga, etc, para conseguir brillar ante los focos en esa, la alfombra roja.
Ilusiones, prisas y nervios se juntan en un espacio en el que conviven cine y moda.
El caos se apodera de la planta 7. Mientras vemos a diseñadores haciendo arreglos para que luzcan perfectas sus propuestas y que quien lo vista se vea perfecto, llegan las cámaras de televisión que se interesan por conocer el funcionamiento de un Showroom durante el festival de cine de esta ciudad, otros pasan la nota de prensa con los créditos de cada uno de los looks que vestirán.
Bajamos al lobby, donde los coches oficiales de Seminci esperan a los protagonistas para llevarles a los pies de la alfombra. Caminan, posan, photocall, selfies y entrevistas.
El hotel se apaga y el show sigue en los cines, siendo el Teatro Calderón el gran protagonista.
