“Con la crisis ‘me he exportado’. El diseño y la creatividad no tienen fin”

Begoña Robles es diseñadora y directora de Studio-h. Profesional de la decoración y el diseño con 20 años de experiencia, nos cuenta con la pasión que la caracteriza, cómo se ha formado en este mundo y la importancia de tener un sueño y hacer todo lo posible por conseguirlo.

“Estudié Magisterio y aunque el tema de la enseñanza era vocacional, desde pequeña tenía clarísimo que quería ser maestra, al tercer año de prácticas tuve una visión y me ví envejeciendo año tras año y con niños siempre de la misma edad y no llegué a ejercer”

Debe haber sido difícil tomar las decisión. ¿Luego qué hiciste?

Comencé a trabajar en una reconocida agencia de publicidad en Madrid y me matriculé en Marketing y Gestión Comercial. Pero siempre quise ser independiente y trabajar en mi propio proyecto.

Un día tomando el té en la casa de una amiga me fijé en su zócalo pintado de una manera muy original, me explicó que lo había pintado ella y que su maestra Marie Trostenberg, una destacada pintora Belga daba un curso de iniciación ese fin de semana. Me apunté y desde ese día no he parado de pintar, ha sido un amor a primera vista.

Comencé a pintar con dos socias en un taller pequeñito, pintábamos, vendíamos lámparas y acabamos desarrollando líneas de productos: Mesas auxiliares, de centro, relojes, espejos etc.

¿Cómo decidiste formar tu propio estudio?

Comencé en el interiorismo gracias a la pintura decorativa, en mis inicios trabajé con algunos arquitectos y acabamos uniendo sinergias y montamos un estudio de interiorismo en el que básicamente hacíamos hoteles pequeños con encanto y con carácter por toda España. Studio-h está formado por un arquitecto, una interiorista, un aparejador y yo como directora.

¿Cómo está el sector? ¿Hay trabajo?

Actualmente trabajo por todo el mundo y en España tengo varios hoteles singulares pintados y decorados:  en Granada, Valencia, Tarragona, Barcelona, Sevilla, Guadalajara, Jaén, Lanzarote, Gijon, Palencia, Burgos, Segovia y también tengo trabajos para particulares en París, Toscana, Buenos Aires,  Pekin, Shanghai y Guanzhou.

¿Cómo afrontas la crisis?

¡Pues me he exportado! Hace tres años comencé con una misión comercial en China y poco a poco me he abierto camino allí. Además ahora que en España no se hacen hoteles, he vuelto al cliente particular.

Otra cosa que me ha ayudado mucho es la creación de un Supper Club, la idea la he cogido de Nueva York, Paris y Londres, ciudades en donde ya se realizan estos clubes, en donde las gente abren sus casas “singulares” y organizan cenas.

Yo también lo hago en mi loft y como me encanta cocinar, organizo estas reuniones una vez al mes con 25 o 30 personas que no se conocen, pero comparten intereses, profesiones y actividades. Es como un networking, pero en casa y con estilo.

¿Qué te cautivó del mundo de la decoración y el diseño?

Me motivó la posibilidad de independencia y la alternativa de intentar hacer algo diferente y personal para cada cliente, salir de lo estandarizado que estaba todo este mundo cuando comencé hace veinte años.

Las referencias que teníamos de modernidad era La Oca, y las casas acababan siendo iguales, todas con el mismo estilo.

¿Qué necesita tener un buen profesional del diseño? 

Lo más importante es la pasión, ésta te da alas para trabajar duro y motivado. Estar al día en cuanto a tendencias, viajar mucho y ver qué se hace en otros países, otras culturas.

Es muy importante tener una actitud muy abierta y lo que a mí me funciona siempre, es que cuando comienzo un nuevo trabajo, tengo como objetivo hacerlo lo mejor posible y superar al último que he realizado.

¿Es necesario que un diseñador se siga formando? ¿ Cuál es tu experiencia al respecto?

Pienso que siempre tienes que estar nutriendo tus fuentes de inspiración, estar al tanto de lo que se hace en el mercado y por supuesto reciclarse, hacer cursos o talleres donde puedas actualizarte. En estos tiempos todo va muy rápido, hay mucha información, hay que estar al día!

 ¿En qué sectores o áreas puede trabajar un diseñador?

Pienso que el trabajo de diseñador es muy amplio y no tiene límites. Las limitaciones nos la ponemos nosotros la mayoría de las veces.

Lo importante es querer hacer algo profundamente, claro que también influye tener una buena idea y ser constante en llevarla a cabo. Puedes trabajar como diseñador gráfico, de muebles, de tejidos, de lámparas, de paredes… El diseño y la creatividad no tienen fin.

¿Cuáles son las principales dificultades que te encuentras en este camino?

Sobre todo las dificultades económicas y las que te puedes poner tu misma. Esos son los obstáculos más difíciles de sortear. Pero creo que todas las profesiones tienen sus inconvenientes, pero lo importante es superarlas. Siempre hay un camino para acabar un trabajo con excelencia.

¿Qué consejos le darías a alguien que quiere estudiar o dedicarse al diseño y la decoración?

Que tenga ilusión, ganas de trabajar duro y como sea. No importa que al principio no pueda hacer lo que más le gusta. Aunque los inicios son difíciles es importante no perder nunca el foco, el objetivo profesional. Es importante estar aprendiendo siempre, ser una esponja de conocimientos e ideas.

 ¿Me puedes decir cuál es el sello de Begoña, cuál es tu estilo?

La pintura decorativa, sin lugar a dudas. Es el sello que utilizo siempre para dar ese toque personal. A cada cliente le hago su propia pintura, solo suya, con sus colores y estilo.

La pintura  se integra perfectamente a cualquier espacio. La pintura aguanta muy bien el paso del tiempo. El primer hotel que pintamos y decoramos fue la casa del Abad de Ampudia, en 1997, aún no se ha vuelto a pintar y permanece exactamente igual. Ese es nuestro objetivo, la personalidad y durabilidad en el tiempo.

El estilo que siempre he perseguido es crear espacios cálidos, con personalidad propia. Aunque siempre teniendo en cuenta las tendencias en decoración. Intentamos hacer algo que no siga la moda o la tendencia del momento. Pienso que este criterio es algo muy importante para diferenciar un proyecto de otro.