Vivimos en un mundo altamente interconectado, donde los recursos son escasos. Por ello, emprendedores, directivos y profesionales deben mirar más allá de la situación presente y ser previsores en los procesos de cambio, para centrarse en formas de innovar los modelos de negocio con el objetivo de generar mayor valor y beneficios. Para todo ello, debemos interiorizar la fortaleza del líder, que emerge de la fuerza de voluntad de cada profesional y le permitirá adquirir hábitos asertivos para lograr los objetivos de forma exitosa.
El concepto de liderazgo fue utilizado por primera vez por Platón en su obra La República. La noción básica de líder ha variado muy poco desde entonces, ya que se basa en la capacidad de influencia que ejerce el líder ante el colectivo. Dentro del nuevo paradigma, el líder es el que motiva, organiza, orienta y focaliza la atención para la consecución de un trabajo adaptativo socialmente útil que permite al grupo encontrar repuestas por sí mismo.
El liderazgo empresarial se consigue mediante la participación adecuada y positiva de cada uno de los directivos, facilitando el desarrollo en su organización mediante una cultura basada en comportamientos de alto rendimiento. Para ello, deberemos trabajar valores de integridad que posibiliten la confianza, el compromiso, el trabajo en equipo, siendo mecanismos vitales capaces de generar comportamientos excelentes.
El liderazgo empresarial se fundamenta mediante una praxis de liderazgo proactivo, impulsor de la transformación y de la excelencia.
El liderazgo empresarial se alcanza mediante un análisis cualitativo que permite comprender la situación presente de una organización, con preguntas que esclarecen las resistencias que se puedan estar generando y sus respectivos conflictos adyacentes. El aspecto más importante que toda organización debe tener presente, es centrarse en identificar los comportamientos deseados en los colectivos claves, y es de especial relevancia saber proyectar y pensar qué debe hacer la organización para ser capaz de impulsar estos cambios.
Para conseguir un liderazgo basado en la innovación, el compromiso y la transparencia, elementos claves dentro de una cultura organizacional, se deben identificar cuáles son los resortes que potencian las aptitudes y la predisposición al logro. Podemos encontrar algunos elementos clave para alcanzar objetivos de éxito y, entre ellos, debemos destacar la promoción de las emociones positivas dentro de la organización. Los profesionales felices y satisfechos tienen una mejor la salud psicológica, biológica y física, lo que se traduce como un aumento de la productividad, creatividad, compromiso y rendimiento.
Un líder es el profesional que lleva acabo lo que se plantea, es decir, hace que sus ideas se transformen en acciones. Ser líder no es un objetivo inalcanzable, puesto que todas las personas mediante práctica, desarrollo de sus habilidades y capacidades son capaces de generar en sí mismos líderes de excelencia.
Un buen líder empresarial debe de ser capaz de:
- Tener verdadera voluntad para aprender.
- Fortaleza y resilencia para superarse a sí mismo y adaptarse a los cambios.
- Estar dispuesto a romper con hábitos inadecuados para transformarlos en hábitos adecuados y de superación.
- Establecer una disciplina personal de aprendizaje y de tareas.
Algunos grandes vanguardistas del momento aseguran que el liderazgo influye en la efectividad de las organizaciones. Como vemos, el liderazgo se puede obtener mediante el conocimiento, la práctica y la experiencia. Hoy en día, como profesional, tienes a tu disposición infinidad de opciones de formación que te aportarán los recursos para adquirir los conocimientos y comprender los pasos que debes seguir para llegar a ser el mejor líder para tu organización.
