¿Qué es un líder? ¿Qué debe hacer para ganarse la confianza de los empleados? ¿Cómo puede influir en la motivación y el ambiente laboral? Estas tres preguntas son bastante habituales entre las personas que ocupan cargos de responsabilidad en una empresa. Y lo cierto es que no hay una única respuesta. La sociedad dinámica y competitiva de nuestros días lo pone cada vez más difícil para marcar la diferencia. En todo caso, una cosa está clara: ningún líder puede desentenderse del trato humano. Aunque ya exista un departamento de Recursos Humanos en la empresa, hay que ser capaces de valorar a los empleados en todas sus dimensiones. En otras palabras, hay vida más allá de palabras como productividad, ingresos o nómina.
En este post, presentamos 10 tips para mejorar como líder en el trabajo. Aunque se trata de consejos generales, estas orientaciones pueden ser útiles para empezar a cambiar de actitud. Sea como sea, si quieres profundizar en algún aspecto puedes realizar un curso especializado. De hecho, cada vez son más las personas que se matriculan a formaciones sobre liderazgo o eligen un máster sobre el tema. Por suerte, la oferta disponible es amplia y variada, ya sea en la modalidad presencial o a distancia. ¿Cuándo empiezas?
10 claves para ejercer como líder en el trabajo
- Da un buen ejemplo. El liderazgo se ejerce con hechos y con palabras, pero sin acciones palpables es más difícil que tenga visibilidad. Si quieres promover una iniciativa, conviene que tú seas el primero en aplicarla.
- Sé humilde. Que haya una jerarquía en la empresa no quiere decir que tengas que mantener una actitud distante. O sea, no es lo mismo ser un líder que un jefe.
- Trabaja la comunicación. Es inevitable que surjan conflictos (de mayor o menor magnitud) en el ámbito laboral. En todo caso, la clave está en detectar los problemas y resolverlos. Sentarse en una mesa a hablar nunca está de más.
- Consigue que las reuniones sean productivas. En las reuniones, se suele perder mucho tiempo. Demuestra que confías en tu equipo e intenta delegar tareas cuando convenga. Sea como sea, haz un seguimiento del trabajo pendiente y no te desentiendas del proyecto.
- Reconoce tus límites. Como cualquier otro empleado de la empresa, un líder tiene fortalezas y debilidades. No te exijas demasiado. La salud es lo primero.
- Cuida la parte emocional. Puede que la productividad y los salarios nos preocupen mucho, pero sin una buena gestión emocional de los recursos humanos no hay empresa que avance. Recúerdalo.
- Busca un mentor. Los contactos siempre nos pueden echar una mano en momentos de duda o desorientación. Procura tener personas de confianza a quien acudir.
- Evita los errores (pero acéptalos). Está claro: los errores no son deseados. Pero errare humanum est. Toma nota y levanta cabeza enseguida.
- Aprende de la experiencia. Los fracasos pueden contribuir a gestar un gran éxito. No dejes que un error te paralice. Avanza.
- Intenta mejorar a diario. La autoevaluación ayuda a no tropezar dos veces en la misma piedra. ¡Analízate!