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10 mitos sobre nutrición

Un mito es un consejo que se vuelve popular a pesar de no contar con hechos que lo respalden. Actualmente, gracias a Internet, tenemos acceso a mucha información sobre nutrición, pero también estamos siendo bombardeados por bulos, noticias falsas y mitos alrededor de este tema.

Por ello, hay que ser precavidos y no fiarse siempre de todo lo que se encuentra ya que puede conllevar a creer en algunos falsos mitos sobre nutrición que pueden dañar nuestra salud. Algunos de los más extendidos son:

  1. El pan engorda: 

Todos los alimentos nos aportan en mayor o menor medida energía en forma de calorías. El pan se encuentra entre los alimentos con un contenido calórico moderado (261 kcal/100 g). Está formado principalmente por hidratos de carbono que nos aportan tan sólo 4 kcal/g, al igual que las proteínas, mientras que otros macronutrientes nos proporcionan el doble, como es el caso de los lípidos, 9 kcal/g y el alcohol 7 kcal/g.

  1. No debes beber agua en las comidas:

Es aconsejable beber de 1,5 a 2 l. de agua a lo largo del día, puedes tomarla durante las comidas o fuera de ellas, de manera indiferente. Es frecuente la aparición de sed durante las comidas que debe ser saciada para nuestra correcta hidratación y que además nos ayudará a percibir mejor los sabores de los alimentos que ingerimos. 

  1. No se debe comer fruta después de las comidas:

Las calorías aportadas por las frutas son las mismas, independientemente de si se toman solas o acompañadas de otros alimentos y del momento elegido para su consumo. Se propone como postre en comidas y cenas, y además como integrante en desayunos, medias mañanas y meriendas.

  1. El huevo es malo para el colesterol:

El huevo es un alimento muy completo y saludable: tiene un 10% de grasa, la mayor parte omega3, es rico en proteínas y contiene todos los aminoácidos esenciales, aporta todas las vitaminas excepto la vitamina C. Es rico en minerales del tipo zinc, selenio, hierro y calcio. Una ingesta adecuada sería dos o tres huevos por semana. La yema sí que aporta colesterol, pero también proteínas, vitaminas y minerales. Los alimentos no son ni buenos ni malos en función de la cantidad de colesterol que contengan, siendo muchos los aspectos a considerar en este punto. El colesterol es una sustancia necesaria en su medida adecuada.

  1. Los alimentos light e integrales adelgazan:

A los alimentos light se les reduce alguno de sus ingredientes calóricos, pero ello no significa que adelgacen per se, ni mucho menos, por lo que no deben ser consumidos en exceso. Lo mismo ocurre con los alimentos integrales, no es que engorden menos, sino que su mayor contenido en fibra mejora el tránsito intestinal y ayudan a controlar la saciedad.

  1. Se debe tomar suplementos para lograr una salud óptima:

No es necesario tomar complementos vitamínicos si se lleva una alimentación sana, rica y equilibrada, salvo en caso concretos como el embarazo. El consumo de suplementos nunca debe sustituir una dieta equilibrada y variada. 

  1. No se debe picar nada entre comidas: 

Según la Fundación Cardíaca Británica no hay problema con comer algo ligero en el medio de las comidas principales siempre y cuando se trate de un refrigerio o un tentempié sano, como algún vegetal, una fruta o yogurt bajo en grasa. Es útil porque ayuda a controlar el apetito.

  1. El azúcar moreno es mejor que el blanco:

El azúcar moreno es sacarosa al 85-95% y el blanco al 99% y la cantidad de minerales es mayor en el moreno, pero la proporción en la que están presentes es muy pequeña, por lo que nutricionalmente son muy parecidos. En resumen, hay que evitar en la medida de lo posible los azúcares, y si se consumen pequeñas cantidades hay que consumir el que más guste, ya que no hay tantas diferencias, pero mucho mejor sustituirlo por miel o edulcorantes naturales como son el eritritol, el azúcar de abedul (xilitol) y la estevia.

  1. Los lácteos son sólo para los niños:

Tanto en el niño como en el adulto se recomienda el consumo de lácteos por sus beneficios para la salud como para prevenir la osteoporosis o favorecer el crecimiento de una flora bacteriana intestinal saludable prebiótica.

  1.  El aceite de oliva virgen extra es sanísimo:

Que un aceite lleve los apellidos Virgen y Extra es sinónimo de calidad, pero no reduce las Kcal que aporta. Los aceites son prácticamente grasa, y las grasas aportan más del doble de Kcal que los hidratos y las proteínas. Por eso, no podemos pasar por alto la cantidad de aceite que utilizamos para cocinar o aliñar las ensaladas. Si nos excedemos, todo aquello por lo que era bueno, pasaría a ser malo. Utilizar una cuchara puede servir para contabilizar raciones. Los aceites en spray también nos ayudan a repartirlo mucho mejor sin tener que estar 5 segundos repartiendo el aceite a chorro.

En resumen, te recomendamos utilizar el sentido común y no jugar con la alimentación, pues es el pilar de toda vida saludable y la que determinará cómo nos encontramos tanto física como psicológicamente.

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María Jiménez, communication department y tutora E-learning.

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