Todos sabemos que el cambio es un proceso natural que viven todas las organizaciones, sin embargo, muy a menudo la reacción de las personas es irracional e impredecible; generando una resistencia que puede hacerlo difícil e incluso frustrarlo.
Tanto a nivel personal , como a nivel organizacional, cambiar no es fácil, pero si no cambiamos no crecemos, ¿cómo podemos enfrentar de la mejor manera, entonces, los cambios?.
La resistencia al cambio proviene del miedo a lo desconocido o por la expectativa de pérdida de los beneficios actuales por parte de los miembros de la organización. El aspecto visible de la resistencia al cambio de una persona es cómo es percibido por la misma, y el trasfondo, es la duda sobre la capacidad de esa persona para enfrentar el cambio que se avecina. En términos prácticos, administrar el cambio significa administrar el miedo de las personas.
A lo largo de nuestra vida profesional y personal seguro que hemos visto en muchas ocasiones que cuando hay comunicación eficaz con y entre las personas, confianza entre nosotros, cuando tenemos todos ganas y actitud en quererlo hacer, es mucho más fácil que cuando nos encontramos con el rechazo de personas no comprometidas.
Desde nuestra experiencia podemos afirmar que puede ser manejado si se hace correctamente; podemos ver los 5 posibles facilitadores o activos que nos pueden ayudar al cambio en la infografía siguiente:
