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Apego infantil, cómo identificarlo y clasificarlo

Los tipos de apego se conocen como la relación o vínculo que se da entre el cuidador primario y un bebe o un niño pequeño. Estos se establecen como una necesidad biológica, pues al momento de nacer se requieren los cuidados básicos de una persona. Por lo menos hasta los dos años de edad.

Todos los niños experimentan situaciones de estrés, por lo que el apego funciona como una balanza de regulación del estrés. En este sentido, se dice que un niño en situación de estrés busca la protección y el cuidado de sus figuras de apego, ya que al proporcionar estos cuidados incentiva la seguridad en el bebe o niño para controlar su estrés y salir a explorar.

El apego se activa en situaciones de peligro, de daño o estrés y la función del cuidador en estos casos es estabilizar al infante, lo cual genera una conducta de contención por parte del cuidador y entre ambos actores que intervienen (niño y adulto) se genera un espacio de atención.

Dentro de las condiciones básicas para generar el apego se encuentran la estabilidad y durabilidad en el tiempo. Es decir, se entiende el apego como un proceso continuo de vinculación y no como un momento particular.

Tipos de apego

El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres o cuidadores y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad.

Dentro de esta conducta hay una clasificación que diferencia los tipos de apego que existen y que generan los menores, el apego seguro, evitativo, ambivalente y el desorganizado. A continuación una breve explicación de cada uno de ellos.

Apego seguro:

Se conoce como apego funcional, o seguro. Cuando ocurre, el niño siente angustia cuando la madre o el cuidador se van o se separan. Se reconoce por expresiones de llanto, levantamiento de brazos e incomodidad general. Una vez trascurrido el tiempo de separación entre ambas partes, el menor le recibe con mucho entusiasmo y alegría. El niño protesta si el cuidador se aleja y si regresa la respuesta entusiasta.

Apego evitativo:

Los niños con este estilo de apego se muestran imperturbables cuando la figura de apego no está físicamente presente. Esperan su regreso y, cuando esta regresa, no le prestan mucha atención, manteniéndola a distancia. El menor no protesta si el cuidador se aleja y hay un rechazo si regresa.

Apego Ambivalente:

Los niños presentan una ansiedad muy fuerte cuando la figura de apego no está presente físicamente. Esperan su regreso llorando y protestando, y cuando esta regresa, no se calman con facilidad. Su afectación es fuerte así como su nivel de ansiedad, además son difíciles de consolar.

Apego Desorganizado:

Los niños con este estilo de apego se muestran asustados, confusos, apáticos, desorganizados, buscan y rechazan al cuidador, no saben manejar la angustia ante la separación cuando la figura de apego no está presente. Cuando esta regresa, el estado de desorganización perdura hasta derivar en hiperexitación. Los menores con este estilo de apego han tenido experiencias relacionales tempranas muy dolorosas y caóticas. No han podido organizarse para responder de una forma regular y característica en la relación de sus cuidadores. Presenta una conducta inconsciente y contradictoria.

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