Decía Francis Bacon que “nada se sabe bien sino por medio de la experiencia”. Más recientemente, David A. Kolb, el teórico de la educación que desarrolló el Modelo de Aprendizaje Experiencial, propone que, para aprender, hay que partir de una experiencia concreta que se observa y sobre la que se reflexiona.
En el ámbito de la cooperación internacional es fundamental compaginar la formación teórica con la experiencia personal y, en este sentido, las prácticas son una buena oportunidad. Aunque ya se haya hecho voluntariado en terreno, las prácticas ubican a las personas en un contexto profesional, en el que pueden ser testigos o partícipes del diseño, la gestión, implementación y evaluación de proyectos de cooperación.
Cuatro alumnas del Máster en Desarrollo y Cooperación Internacional de Hegoa ponen en palabras la riqueza de esta experiencia:
- June Oribe, que hizo sus prácticas en México (en la región de Chiapas, con Lumaltik Herriak), dice: “Tanto a nivel personal como a nivel profesional creo que esta experiencia ha sido clave para convertirme en un futuro en la profesional que quiero ser. He aprendido muchas cosas y he sido capaz de poner en práctica otras que ya sabía (el famoso marco lógico o las tablas de Excel encajando presupuestos han sido algunas de ellas)”.
- María Aneiros, que también estuvo en México, pero en Oaxaca, con KCD (Cultura Comunicación y Desarrollo) y su contraparte “Ojo de Agua Comunicación”, cuenta que pudo enfocarse en un tema que le interesaba especialmente: la comunicación comunitaria indígena. “Creo que es algo muy positivo que el máster te permita escoger un proyecto y una organización afín a tus intereses.” Y coincide con June: “Es algo imprescindible para cualquiera que quiera trabajar en temas de cooperación el pasar por terreno y ver cómo es un proyecto durante su ejecución porque difiere mucho, en muchas cosas, de lo que es la formulación sobre el papel. Surgen mil inconvenientes, hay mil cosas a las que adaptarse y entender eso me parece algo imprescindible para poder después hacer una formulación en condiciones”.
- Lide Serrano estuvo en Perú, con Egoaizia y la contraparte Cipca Perú. Y habla de su formación llena de entusiasmo. “Diría que si tu deseo es cambiar el mundo, sin duda este es tu máster, pues es un camino muy bonito y que alimenta el alma”.
- Alba Pastor García se encuentra en Ruanda con Medicus Mundi, donde está participando en proyectos de desarrollo rural sostenible; género; agua, higiene y saneamiento, y participación comunitaria centrada en un enfoque ambiental. “Es una oportunidad increíble poder participar aquí, en Ruanda. Conocer cómo es la vida local aquí, los ritmos, las dificultades que tienen… Y también tener la oportunidad de trabajar con el personal técnico expatriado de una ONG. Estoy muy, muy contenta”.
Como estas cuatro estudiantes, muchos otros alumnos y alumnas del máster disfrutan de la posibilidad de poner en práctica lo que han aprendido a nivel teórico. También de descubrir nuevos contextos profesionales y sociales, así como de desarrollar sus habilidades en puestos vinculados a la cooperación internacional, en diversos contextos y temáticas.
En los últimos años, las prácticas de este máster han estado subvencionadas por eLankidetza – Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo, que ha financiado los costes de vuelos y seguro, lo que ha facilitado el acceso del alumnado a prácticas en países del Sur.
