Durante un día se toman decisiones constantemente, unas más pertinentes que otras, de ahí la intranquilidad que se sufre ocasionalmente. No siempre se toma la decisión adecuada. Por este motivo puede uno sentirse mal con uno mismo, bajo de motivación. Y el desarrollo personal queda paralizado. ¿Cómo eludirlo? En la publicación de hoy se hará referencia al pensamiento contrafáctico, un ejercicio mental básico para rebatir las reflexiones negativas y ver la parte positiva de cada contexto.
Pensamiento contrafáctico para el desarrollo personal
Todo el mundo se ha preguntado alguna vez cómo habría sido su vida si hubiese tomado una decisión en lugar de otra. Si una persona se deja influenciar por estos pensamientos, la autoestimna puede verse afectada en gran medida, ya sea para bien o para mal.
Este ejercicio mental es el que los entendidos llaman pensamiento contrafáctico, que no es más que plantear situaciones distintas. El «no saber» entra dentro del desconocimiento humano perfectamente imperfecto. Esta inquietud puede conllevar un malestar psíquico, pero también puedo aportar ventajas para el desarrollo personal de los humanos.
¿Qué ventajas tiene para la superación personal?
Hay que ser conscientes que este tipo de pensamientos pueden ser perjudiciales en cuanto se llega a la obsesión. Pensar que hubiera sido mejor una vida si se hubiera optado por un camino diferente. Es recomendable pararse cuando existe una invasión de pensamientos negativos. Hay que tomar aire y buscar la parte positiva de la situación, que siempre la hay.
Para el correcto desarrollo personal, el pensamiento contrafáctico ayuda a evitar errores del pasado para no volver a tropezar con la misma piedra. Ayuda, por lo tanto, a reorganizar y prever mejor los pasos a seguir. En estos contextos la experiencia juega un rol clave.
Y no únicamente ayuda a no cometer antiguos errores sino también a sentirse satisfecho de uno mismo, factor clave para el desarrollo personal. En vez de fomentar el pensamiento contrafáctico de forma negativa, se debe formular de nuevo y encontrar el lado positivo. Por ejemplo, «si no hubiera enviado el currículum a esta empresa, no me habrían contratado». La motivación necesaria siempre se encuentra mirando hacia adelante.
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