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¿Cómo somos como personas?, según Toño Barredo

Cuando alguna persona me dice qué aspecto valoro más de un candidato en una entrevista de trabajo, siempre contesto con una frase que se me quedó  grabada hace años: “seleccionamos a la gente por su currículum y prescindimos de ella por cómo es como persona”.

¿Habéis reflexionado sobre esta frase? Siempre que lo pienso, me vienen recuerdos del colegio. Allí, el éxito se medía por el coeficiente intelectual, en las buenas notas que sacabas en los boletines y era «así». Había una competición interna donde el que sacaba más sobresalientes era el más inteligente y el que más probabilidades de “llegar a ser algo en la vida”.

Los profesores, los padres, valoraban el éxito o el fracaso en función de un número, de una escala de éxito que se basaba solamente en una inteligencia, la intelectual y no se paraban a pensar en otras cualidades que podían tener otras personas que no eran tan inteligentes desde ese punto de vista.

En esa época, yo pensaba que había compañeros con otras habilidades que no se podían cuantificar, pero que las veía igual o más importantes que el mero hecho de sacar un sobresaliente o un bien. Gente que sabía escuchar, personas que eran como enzimas que provocaban que todo el mundo estuviera unido y que el grupo se llevara bien, compañeros con un sentido del humor impresionante, amigos que sabía trabajar en equipo, amigas que te echaban una mano en el momento más complicado sin tener que decirles tu nada.

Está claro que en este grupo había gente con buenas notas, con notas medias, que aprobaban justos y que suspendían. Pero, al final, lo que valorábamos como grupo no eran lo que “sacabas en las notas” sino todo eso que no se veía y que hacían de esas personas seres especiales.

Creo que, si en ese momento hubiéramos hecho una porra para ver quién creíamos que iba a triunfar como persona y como profesional, estoy seguro que los “mayores” hubiesen seleccionado a unas personas basándose en las “notas”. Los “peques”, sin embargo, hubiéramos dicho otras basando esa elección en algo no numérico, no evaluable, en algo que tiene que ver más con “la persona” que con “el estudiante”, un “no sé qué” que para nosotros como colectivo era más importante, pero que era invisible para los ojos de los “mayores”.

Una vez que pasó la etapa del colegio y la universidad, volvías a ver a tus compañeros del colegio y recordabas como eran, quienes tenían “ese no sé qué” que le hacía diferentes y observabas que no siempre los mejores desde un punto de vista intelectual habían llegado “a ser algo” como decían en el cole. Ese «no sé qué” había sido más importante que un buen expediente. Seguramente, todos tenemos ahora mismo en la mente nombres de compañeros que siendo unos magníficos estudiantes no han brillado tanto como otros, que siendo tal vez más del montón, disponían de unas habilidades diferentes a lo meramente intelectual.

Si esto lo trasladamos al mundo de los recursos humanos, nos pasa lo mismo. La diferencia que hay es que “ese no sé qué” lo llamamos ahora inteligencia emocional, empatía, asertividad, términos que hace 40 años no estaban en nuestro día a día de las empresas ni de la sociedad y que ahora están en boca de todos.

Al final, no se trata de denostar la inteligencia intelectual ya que es igual de importante que el resto de inteligencias que tenemos, pero sí que es verdad que un currículum solo habla de una parte de nosotros (intelectual/profesional) y no de la más importante, el quién soy yo.

Creo que, a la hora de llevar a cabo un proceso de selección, una promoción interna u otro proceso en el que intervengan personas, las competencias «hard» son fundamentales, pero si a éstas no se le unen las competencias «soft», a nuestro banco le faltará siempre la pata más importante, la esencia de todo, la parte que no se ve y por la que al final nos “examinan” en la familia, en los grupos de amigos, en el trabajo, en la sociedad, o cómo somos como personas.

Toño Barredo Ons es Responsable de RRHH y P.R.L Ferdinand Bilstein España, profesor del Máster de Gestión y Dirección de RRHH de Kühnel Escuela de Negocios.

Fuente: Kühnel Escuela de Negocios

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