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«Considerar a todos en relación con la lactancia materna, contribuye a la igualdad de género»

Con motivo de la celebración de la Semana Internacional de la Lactancia Materna, se ha entrevistado a Eva Martín Ramos, matrona del Hospital Infanta Leonor de Madrid y Responsable de formación del Área de enfermería pediátrica de CursosFnn.

El lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna de este año es ‘Empoderémonos ¡Hagamos posible la lactancia materna!’, ¿necesitamos mejorar las normas sociales, familiares y laborales en pro de una lactancia exitosa?

 Hay que tener en cuenta que la lactancia materna es una de las mejores inversiones para salvar vidas y mejorar la salud, el desarrollo social y económico de los individuos. Aunque en nuestro país tengamos una tasa global de inicio de la lactancia materna relativamente alta, sólo el 40% de bebés menores de 6 meses reciben lactancia materna exclusiva y sólo el 45% continúa siendo amamantado hasta los 24 meses a nivel internacional y esto se debe al poco apoyo familiar, social, laboral y político.

Hay que tener en cuenta que la lactancia materna es un esfuerzo colectivo, las madres no pueden amamantar si los padres no están para hacer el resto de las tareas de crianza por ejemplo, por ello se necesita una cadena de apoyo social muy importante para crear un entorno propicio que permita a las madres amamantar de manera óptima.

Considerar las necesidades de todos los géneros en relación con la lactancia materna, contribuye a la igualdad de género. Una protección social parental equitativa en cuanto al género, que incluya medidas como la licencia remunerada y apoyo en el lugar de trabajo, puede ayudar a crear el entorno propicio para la lactancia materna, en el contexto de trabajo.

Los estudios demuestran que las políticas de licencia por maternidad remunerada podrían ayudar a reducir la mortalidad infantil en un 13% por cada mes adicional de licencia por maternidad. Las políticas que garantizan la licencia parental y por paternidad no deberían comprometer los recursos y beneficios de las licencias de maternidad existentes o su disponibilidad. Más bien, estas políticas deben permitir a las madres, los padres/parejas y familias priorizar las responsabilidades relacionadas con la familia, mientras que cumplen con las exigencias del trabajo.

Esto puede aumentar significativamente el bienestar personal y económico de sus familias. La licencia por paternidad limitada o inexistente reduce el tiempo que los padres pueden pasar con sus familias para desarrollar las relaciones y los patrones que resultan en una crianza basada en la igualdad de género. Los padres que obtienen licencia tienen la posibilidad de colaborar con las madres y de formar un equipo de crianza y lactancia materna. Trabajar en equipo puede empoderar a las madres y padres y así permitir la lactancia materna exclusiva.

Según la Organización Internacional del Trabajo, más de 830 millones de mujeres trabajadoras no tienen una protección por maternidad adecuada. En unos 170 países estudiados, la licencia por paternidad y la licencia parental están disponibles en tan sólo 78 y 66 países respectivamente. Al menos, la mayoría de los países ofrece algún tipo de licencia remunerada por maternidad.

Sin embargo, el progreso es lento en cuanto al alcance de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de al menos 6 meses ( o 26 semanas) de licencia remunerada que apoye una lactancia materna exclusiva, en España como bien sabéis solo llegamos a las 16 semanas, cuando lo lógico es que las madres estuvieran un mínimo de 6 meses con sus hijos para garantizar la exclusividad de la lactancia materna hasta esa fecha.

Considerar a todos en relación con la lactancia materna, contribuye a la igualdad de género

Las políticas de Protección Social Parental (PSP) pueden desempeñar un papel importante para facilitar la lactancia materna y actualmente es uno de los mayores obstáculos de la lactancia materna, específicamente, la falta de apoyo en el trabajo, donde hay que fomentar políticas flexibles que faciliten la lactancia materna y la crianza de los hijos e hijas, así como programas de transferencia de efectivo apoyados por el Estado para las madres, padres/parejas y familias.

Para transformar las normas sociales, es necesario mejorar el acceso de las mujeres a los servicios de salud, mejorar la comprensión comunitaria de las desigualdades existentes e involucrar a hombres y niños/niñas para que apoyen las necesidades y derechos de las mujeres.

Las políticas que protegen los derechos de la maternidad, a la vez que permiten una distribución más equitativa de la carga del cuidado infantil, son esenciales para lograr una mayor igualdad de género y empoderamiento. Una división de trabajo equitativa en materia de género reconocería el trabajo de cuidado único que realizan las mujeres que amamantan, permitiría a las mujeres combinar la lactancia materna con el trabajo, y a los padres/parejas y familias asumir la responsabilidad de una mayor parte de otros deberes relacionados con el cuidado de los niños y niñas.

Se debe alentar a los hombres a tomar la licencia parental o por paternidad, y así tanto la madre como el padre/pareja podrán ser capaces de compartir la responsabilidad de cuidar a sus hijos e hijas en igualdad de condiciones. Empoderar a las madres y a los padres/parejas proporcionando la protección social puede permitir y demandar políticas y programas de lactancia materna que ayuden tanto a las mujeres como a sus parejas a equilibrar el cuidado de sus hijos e hijas con otros trabajos que desempeñan.

La licencia parental remunerada beneficia a los niños y niñas, a las familias, a las empresas y a las economías. Ninguna madre y ningún padre/pareja debería tener que elegir entre mantener económicamente a su familia o proveer la mejor nutrición y cuidado para su hijo y hay que fomentar horarios flexibles para los padres en el trabajo, no ampliaciones de horarios de guarderías y colegios para que el cuidado del niño esté cubierto.

Los lugares de trabajo amigables con la familia ofrecen licencias remuneradas después del parto, junto con horarios flexibles,espacios adecuados y el apoyo para que las madres amamanten con éxito y para que los padres/ parejas cuiden del niño o niña pequeña al volver al trabajo. Cuando estas opciones no son posibles, las madres necesitan tiempo y un espacio privado con instalaciones para amamantar o extraerse y almacenar su leche.

El cuidado de niños y niñas asequible dentro del lugar de trabajo o cerca del mismo, junto con horarios de trabajo flexibles, ayuda a las madres a continuar amamantando y permite que tanto madres como padres proporcionen la mejor atención a sus hijos e hijas pequeños. Estas condiciones también reducen el estrés y mejoran el bienestar de la familia. Evidencia reciente demuestra que la licencia remunerada por maternidad y las intervenciones en el lugar de trabajo para facilitar la lactancia mejoran las tasas de lactancia materna y otros aspectos de la salud, disminuyendo la morbimortalidad infantil, además de aportar mejoras económicas.

Actualmente, está muy arraigado un movimiento que promulga lo natural, lo instintivo, y que las mujeres lo sabemos hacer por naturaleza y sin ayuda… ¿no es una presión añadida para las madres?

Lo primero que hay que decirle a una madre junto con su pareja es que cuando tengan a su hijo deben optar por una alimentación natural o artificial igual que se decide un tipo de crianza, llevarle a una escuela, a otra o que le cuide una abuela o alguien de confianza… es una decisión muy importante que deben de decidir antes de que nazca el bebé y es una decisión que deben tomar en conjunto.

La alimentación que le des a tu hijo le va a influir no sólo en su estado de salud sino también en el vínculo que tú creas con tu hijo, en su forma de ser e incluso en su inteligencia, por ello debe de ser una decisión tomada a conciencia.

Por otra parte, una vez tomada esa decisión en conjunto, independientemente del tipo de lactancia elegida, es muy importante que el resto del entorno social de esa madre no la juzgue, una vez que la madre se sienta satisfecha de su decisión y no se vea influenciada por los demás la alimentación del hijo no debe de ser una situación de presión sino un empoderamiento por parte la madre de que es una decisión que va a conseguir y va a llegar a buen fin.

Si la pareja ha decidido dar lactancia materna, debemos darle pautas para que esa lactancia sea lo más exitosa posible. No nacemos aprendidos, pero si es verdad, que tenemos ese instinto de mamíferos, madre y recién nacido, en el que ayudan a un agarre fisiológico.

Para ello los profesionales sanitarios debemos contribuir, dejando que la naturaleza actúe, fomentando prácticas como el agarre fisiológico, el contacto piel con piel, el colecho seguro,… y el prestar nuestro apoyo para dar consejos o solucionar dudas que puedan ayudar a una lactancia más fácil.

¿Qué le diría a una madre que está comenzando la lactancia materna?

Lo primero que sea paciente, que esté tranquila y que confíe en sí misma y en su recién nacido.

Si la madre y el bebé están sanos, independientemente del tipo de parto que hayan tenido, es importante que el recién nacido sea colocado encima de su madre, en estrecho contacto piel con piel y permitirles a ambos mantener dicho contacto, sin interrupciones ni interferencias, al menos hasta que el bebé haya hecho la primera toma de pecho, e idealmente durante todo el tiempo que madre e hijo lo deseen.

El recién nacido tienen unas capacidades innatas que, si le dejamos, pone en marcha al nacimiento. Puesto boca abajo sobre el abdomen de su madre, gracias a sus sentidos (sobre todo el tacto y el olfato) y a sus reflejos, es capaz de llegar por sí sólo al pecho materno. Irá reptando hasta él, lo olerá, lo tocará con las manos y posteriormente con la boca y, será capaz de agarrarse al pecho espontáneamente, con la boca totalmente abierta, abarcando el pezón y gran parte de la areola.

El contacto piel con piel no sólo es importante para una buena instauración de la lactancia sino que ayuda al recién nacido a adaptarse mejor a la vida extrauterina y a establecer un vínculo afectivo con su madre. Por todo ello, el contacto precoz se debe fomentar en todos los recién nacidos independientemente del tipo de alimentación que vayan a recibir posteriormente.

Este contacto no debe realizarse únicamente tras el nacimiento, se debe insistir en fomentar el contacto piel con piel el máximo tiempo posible, para que el recién nacido se agarre al pecho cada vez que el lo necesite, para alimentarse o simplemente para estimular el pezón.

El alojamiento conjunto y sin restricciones durante las 24 horas del día favorece la lactancia, al permitir al bebé acceder al pecho siempre que lo desee. Se sabe que las mujeres que tienen al recién nacido con ellas en todo momento están menos preocupadas y descansan mejor. Además, el lactante está más tranquilo porque tiene la posibilidad de satisfacer antes sus necesidades: de calor, contacto, cariño, alimento y seguridad. El alojamiento conjunto también favorece que el personal sanitario pueda ofrecer un apoyo a la madre más constante y eficaz.

  • No se debe forzar al bebé a comer, si se le mantiene en contacto piel con piel, el bebé volverá a tomar el pecho cuando lo necesite.
  • Al llegar a casa,debe de seguir ofreciéndole el pecho a demanda.
  • No recomendaría el uso de chupetes hasta la instauración de la lactancia , que suele ocurrir pasados el mes de vida.
  • Los profesionales sanitarios debemos contribuir, dejando que la naturaleza actúe

Adentrándonos en la lactancia a nivel práctico, a continuación unas preguntas breves:

¿Todas las mujeres pueden amamantar?

Antes de tomar una decisión sobre qué situaciones pueden suponer una contraindicación para la lactancia materna, se debe realizar una valoración individualizada, considerando los grandes beneficios de la alimentación con leche materna frente a los posibles riesgos, ante enfermedades como Hepatitis C, Herpes Simple, Citomegalovirus,Sífilis, Brucelosis, Enfermedad de Chagas, Infecciones bacterianas graves, Enfermedad de Lyme, Tuberculosis activa, Varicela, Sarampión, enfermedades crónicas maternas…

Existen contraindicaciones sobre la lactancia materna como por ejemplo:

En madres infectadas con el virus del VIH ya que este se transmite por la leche, aunque esta contraindicación sólo está presente en los países desarrollados por tener otras alternativas de alimentación.

En madres afectadas con el virus que causa la leucemia/linfoma de células T del adulto y una mielopatía crónica , ya que se ha demostrado la transmisión del HTLV-1 a través de la leche materna. El riesgo es mayor en las madres con una carga viral alta y cuando la lactancia se prolonga más de 6 meses.

En los niños afectos de galactosemia, enfermedad metabólica que obedece a un déficit en alguna de las enzimas que participan en el metabolismo de la galactosa, precisando estos niños un tipo de leche especial.

Pocas enfermedades maternas requieren tratamiento con fármacos que contraindiquen la lactancia por sus efectos nocivos en el niño al pasar a través de la leche. Como ejemplos de estas situaciones excepcionales podemos citar la quimioterapia y radioterapia en el tratamiento del cáncer, algunos casos de prolactinoma, y otros fármacos, ante la duda los profesionales sanitarios podemos consultar la web: e-lactancia.org para consultar tratamientos incompatibles con la lactancia y si existen alternativas al mismo.

¿Cada cuánto tiempo hay que poner al niño al pecho?

A partir del primer día de vida lo habitual es que el lactante mame frecuentemente, unas 8-12 veces al día o más y que las tomas sean irregulares y más frecuentes por la noche. Hay que tener en cuenta que cada niño es único y hay niños que vacían el pecho enseguida y otros necesitan más tiempo, lo importante es dejarle el tiempo que cada uno necesite sin retirarle del pecho, sino que sea él el que se suelte espontáneamente cuando se haya saciado.

En ocasiones, puede ser necesario ayudarlos a despertar, desnudándolos, dándoles un masaje en la planta de los pies o en la espalda, para que continúen mamando.

El principal estímulo para la producción de leche es la succión del niño y el vaciado del pecho, por ello, cuantas más veces mame más volumen de leche se producirá. La leche no se gasta, cuanta más toma el bebé, más produce la madre.

Es importante ofrecer el pecho a demanda, siempre que el bebé lo requiera y todo el tiempo que quiera. De esa manera estaremos seguros de que recibe todo lo que necesita. Los signos más precoces de hambre son el chupeteo, cabeceo, sacar la lengua, llevarse las manos a la boca… este es el momento ideal para ponerlo a mamar.

No es bueno esperar a que llore para ponerlo al pecho ya que el llanto es un signo tardío de hambre y no será fácil que se agarre al pecho hasta que se haya tranquilizado.

El recién nacido sano que mama adecuadamente y a demanda, no necesita otros líquidos diferentes a la leche materna. No es necesario ni recomendable ofrecerles agua o suero, salvo si hay indicación médica. Por eso, antes de darle “suplementos” o cualquier otro alimento diferente de la leche materna es conveniente consultar con el pediatra.

¿Cuánto tarda en subir la leche?

Durante el embarazo el pecho empieza a madurar y es capaz de producir leche llamada calostro durante la segunda mitad del mismo, este calostro estará presente en el nacimiento del bebé y los primeros días será suficiente para alimentar a nuestro recién nacido. Cuanto más veces pongamos al recién nacido al pecho y estimulemos el pezón, antes tendremos la “subida de leche”, que no es más que la transformación de ese calostro en leche con otras propiedades, con más cantidad de grasa y más volumen.

¿Cómo mantener la lactancia materna tras la incorporación de la madre a la jornada laboral?

En muy pocas ocasiones compaginar lactancia materna y trabajo remunerado puede ser una opción inviable, hablamos de madres que deban ausentarse de manera habitual de su domicilio por periodos prolongados y en esos casos siempre es posible solicitar un permiso por riesgo de lactancia.

Cualquier madre que después de su jornada laboral regrese a su domicilio junto a sus hijos puede, si quiere, seguir amamantándolos. Lo cierto es que cada vez más madres desean prolongar la lactancia materna de sus hijos pero, desgraciadamente, la acaban interrumpiendo al volver a su trabajo por no tener acceso a una información adecuada y dan por hecho, en base a la creencia popular, de que no tienen otra opción. Para poder trabajar sin dejar de amamantar la madre necesita primordialmente: Información,apoyo social y confianza en sí misma y en sus derechos.

Todo dependerá de las circunstancias propias de cada madre como son:

  • Quién cuida al niño en ausencia de la madre.
  • Edad del niño.
  • Lugar y horarios de trabajo, en ocasiones implica elaborar un plan personalizado.
  • Preferencias personales de cada madre.

Según la actual legislación vigente en España, que puede estar mejorada por convenios colectivos o de empresa pero nunca disminuida, hasta que el bebé tenga 9 meses todas las madres disponen de una hora (o dos medias horas) de permiso con sueldo por lactancia, durante la jornada laboral, que puede utilizarse para amamantar directamente o para extraerse la leche.Si se utiliza al principio o al final de la jornada laboral, para entrar más tarde a trabajar o salir más temprano, sólo se tiene derecho a media hora de permiso.

Además de este permiso tenemos que informar a las madres de la adaptación del pecho según los horarios laborales, hay que recordar que la lactancia se adapta perfectamente a la nueva situación y hay madres que durante la jornada laboral se realizan extracción de leche ( con sacaleches o técnica de marmet de forma manual), otras no lo hacen y cuando llegan a casa es cuando ponen al niño al pecho, otras valoran que les acerquen al niño al trabajo para poder alimentarlo, otras salen ellas para amamantarlo en otro lugar… y todo es valido, cada mujer es un mundo y cada niño también, simplemente hay que ir buscando cual es la mejor opción individual según las circunstancias y posibilidades de cada una.

En caso de que la madre se realice la extracción de la leche en el trabajo , hay que recordarle que va a necesitar: el extractor (si utiliza este método), una neverita de playa con bloque de hielo o similar, un recipientes para transportar la leche extraída que pueden ser específicos o bien cualquier recipiente de uso alimentario con tapa y un lugar mínimamente limpio, reservado y con una toma de corriente aunque si fuera necesario hay sacaleches que también pueden funcionar con pilas.

La idea es que la madre amamante a su hijo directamente antes de dirigirse a su trabajo y todo el tiempo que esté con él. La leche materna extraída en el ámbito laboral servirá para que al día siguiente mientras ella está ausente, preferiblemente evitando el uso de biberones y recurriendo a otros utensilios como cuchara, vaso, etc…

Ante cualquier duda, ¿a dónde debe acudir la madre? (grupos de lactancia, pediatra, matrona, etc…)

Es importante que la madre se ponga en contacto con el centro de salud o el pediatra para que el bebé sea valorado entre las 24 y 48 horas tras el alta. En esta primera visita, además de asegurar que el estado de salud del niño es bueno, es importante valorar la lactancia. Si mama a menudo y hace al menos 3 cacas al día, es indicativo de que está recibiendo toda la leche que necesita. Si la madre tiene dolor, sensación de no tener leche o el niño llora mucho o demasiado poco, un profesional experto en lactancia debe ofrecer orientación para solucionar las dificultades, sin que haya necesidad de recurrir a biberones, chupetes o suplementos en la mayoría de los casos. También es muy útil contactar con el grupo de apoyo más cercano o el taller de lactancia del centro de salud.

En estos grupos, otras madres con experiencia en lactancia proporcionan ayuda y hacen más fácil el inicio de la lactancia. Siempre que surjan dificultades o dudas, es importante acudir al centro sanitario más próximo (hospital o centro de salud), consultar con el pediatra o la matrona y ponerse en contacto con un grupo de apoyo a la lactancia, así como con cualquier asesora de lactancia. El biberón de apoyo y los suplementos no sirven para solucionar los problemas y pueden poner en riesgo la lactancia. Sólo deben ofrecerse en aquellas raras ocasiones en que después de seguir todas las recomendaciones anteriores, haya una indicación médica para hacerlo.

 

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