Se llaman Andrea Aguilar y Cristina Martínez y son alumnas de cuarto de ESO en el Instituto Josefina Castellví de Viladecans. Sin embargo, su vida académica va mucho más allá de los últimos exámenes de la Educación Secundaria Obligatoria. De hecho, Andrea y Cristina tienen en su horizonte próximo todo un reto: pasar cinco días en Silicon Valley presentado su proyecto Love in bloc. La iniciativa consiste en desarrollar ladrillos de plástico reciclado para construir viviendas en campos de refugiados.
La originalidad de Love in bloc ha conseguido marcar la diferencia en el certamen Talento de las Aulas Gavà-Viladecans, donde Cristina y Andrea han logrado el primer puesto. Este premio es promovido por ambos ayuntamientos catalanes con el objetivo de fomentar el emprendimiento entre los jóvenes, especialmente aquellas iniciativas que buscar reducir la desigualdad social.
Antes de continuar con la historia de estas dos emprendedoras, te dejamos un pequeño listado de cursos por si quieres formarte y poder verte en su situación algún día. Recuerda, ¡todo depende de uno mismo!
- Máster MBA para Emprendedores, Desarrollo e Innovación de negocio
- Master en Emprendimiento y Creación de Empresas
- Máster en Desarrollo Sostenible, Energías Renovables y Responsabilidad Social Corporativa
- Master MBA Emprendedores: Emprendedor Digital y Dirección de Empresas Digitales + Titulación Universitaria
“Hemos visto la necesidad de poder mejorar la vida de los refugiados. Al mismo tiempo, mediante la economía circular, queremos dar una segunda vida a los plásticos que utilizamos en nuestro día a día. Los ladrillos tienen un montaje fácil, tipo lego, lo que permitiría trasladarlos a cualquier parte del mundo en caso de que fuera necesario”, explican las premiadas. ¿Y tú? ¿Habías oído hablar de los ladrillos de plástico reciclado? ¿Qué otras ideas se te ocurren para combatir la crisis humanitaria de los refugiados? ¡Comparte tu experiencia con nosotros en un comentario!
¿Qué nos enseña la historia de los ladrillos de plástico reciclado?
- No hay límites de edad para ser emprendedor. La historia de Andrea y Cristina lo confirma. Cualquier momento de la vida es bueno para llevar a cabo las iniciativas que creamos. Es más, cuando disponemos de talento, recursos y asesoramiento ser menor de edad no es ningún problema para tirar hacia delante los proyectos. Dentro de poco, estas dos jóvenes visitarán Silicon Valley. ¿Quién sabe si en el futuro acabarán trabajando en la meca de la tecnología?
- Crear con voluntad de cambio social es valorado. Andrea y Cristina podrían haber creado los ladrillos por una causa cualquiera. Sin embargo, han decidido destinar sus esfuerzos a mejorar la calidad de vida de los refugiados. ¡Desde Emagister aplaudimos la iniciativa!
- Los premios locales, una puerta abierta al mundo. Si tenemos ganas de crear y compartir nuestras ideas, es recomendable que probemos suerte en todo tipo de certámenes. Lo que empieza como un pequeño reto en el instituto puede acabar convirtiéndose en una oportunidad para formarse en centros de prestigio o para encontrar trabajo. ¡Confía en tus posibilidades y ponte las pilas!
Fuente: La Vanguardia
Con paneles también se podría es más rapido
Hola, Javier,
Muchas gracias por tu comentario.
Esperemos volver a verte pronto por aquí.
Un saludo.