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Emoción y Cognición: “el encuentro y la reconciliación” con el catedrático Manuel Martín-Loeches

Hemos tenido el placer de recibir en el segundo seminario del Máster 2017-18 en Inteligencia Emocional, Psicología positiva, Neurociencia, Salud, Coaching y Estudio de la Felicidad a un catedrático de la talla de Manuel Martín-Loeches –catedrático de Psicobiología y doctor en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), experto en Neurociencia Cognitiva y director de la Sección de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos–, que ha venido a arrojar luz sobre conceptos esenciales en el campo de la Neurociencia y los procesos cerebrales y emocionales.

Martín-Loeches, todo un lujo en nuestra formación interdisciplinar, fue uno de los protagonistas de este segundo seminario -celebrado el fin de semana del 18 y 19 de noviembre- con su ponencia Emoción y Cognición: “el encuentro y la reconciliación”, entendiendo que tanto la emoción como los procesos cognitivos o el razonamiento están en un mismo plano de importancia. Y es que, como explicó el catedrático barcelonés, la emoción tradicionalmente ha estado siempre relegada a un “segundo plano”, y recordando que desde los tiempos de la Grecia clásica las emociones no eran más que una “molestia para el pensamiento”. El experto también ha dedicado un apartado de su ponencia al repaso histórico de la concepción que han tenido las emociones en la historia.

Contrario a esa visión de las emociones en un segundo plano, el experto en Neurociencia Cognitiva y procesos cerebrales defiende la posición que ha predominado en las últimas décadas, con la cognición y la emoción como realidades unidas, hasta el punto de que muchos autores “no distinguen una de otra, considerándolas prácticamente lo mismo”.

Conceptos a diferenciar

El Dr. Manuel Martín-Loeches subrayó en su ponencia la diferenciación que hay que establecer en conceptos que con frecuencia se confunden, tales como emociónsentimiento y estado de ánimo. Tras repasar el origen etimológico de la palabra (del latín movere, que significa mover, trasladar o impresionar, con el prefijo e/ex para ‘de, desde’), fundamental para su interpretación ulterior, el investigador entró de lleno en materia.

Pero antes, quiso dejar claro cuán importantes son las emociones en base a las acepciones y la propia etimología: “Ningún mamífero carece de emociones, y sin ellas no haríamos nada, no seríamos como somos”. Y, por ende, ningún ser humano puede negar esa esencia cognitivo-emocional, o viceversa.

“Las emociones estuvieron relegadas en la Psicología Cognitiva”, pero en las dos últimas décadas éstas han ganado un peso espectacular; sin embargo, resulta necesario diferenciarlas de los sentimientos (son una parte de las emociones, o más bien la representación subjetiva de las mismas), y de los estados de ánimo, que son estados afectivos que generalmente tienen una mayor duración que las emociones, si bien son menos intensos. En el caso de que durasen más, ya se estaría hablando de trastornos mentales (la depresión es uno de los más comunes).

En cuanto a las emociones, son respuestas discretas a eventos externos o internos que tienen una particular relevancia para el organismo, y normalmente de corta duración (segundos, milisegundos y raramente minutos).

Mente, comportamiento, somática

En esencia, como explica Martín-Loeches, las emociones tienen un componente mental (la experiencia subjetiva, como por ejemplo estar alegre o enfadado), comportamental (donde se incluyen expresiones faciales, verbales –proferir un taco– y vocales no-verbales –gruñir o reír–), y somático (a nivel fisiológico, como un aumento de la tasa cardíaca, o que se ericen los vellos).

¿Qué emociones tenemos?

Como señala el catedrático de Psicobiología, existen tantas clasificaciones como autores, si bien existe un consenso en diferenciarlas de básicas y complejas (en estas últimas las emociones se solapan). Una de las más conocidas y referente en la investigación científica es la clasificación de Paul Ekman, que distingue seis emociones básicas: ira, tristeza, disgusto (o asco), sorpresa, miedo y felicidad.

Otra importante clasificación en la que propuso Robert Plutchik con pares contrapuestos, a saber: alegría-tristeza; confianza-disgusto; ira-miedo; expectativa-sorpresa, con su famoso modelo en flor, donde las emociones centrales son las más intensas (aquí entra el éxtasis, el terror, el asombro, la pena, el odio, la furia y la vigilancia).

De gran utilidad científica es el modelo de James Rusell, la clasificación bidimensional de las emociones en base a dos dimensiones básicas: activación y reposo. El eje horizontal lo marca lo placentero y displacentero, y dependiendo de la cercanía o lejanía de uno y otro extremo en el eje x/y se darían las 16 emociones básicas intermedias (por ejemplo, tristeza, depresión, relajado, sereno, excitado y alerta o tenso y nervioso).

En cuanto a las emociones complejas, normalmente se derivan de las básicas y pueden llegar a ser más de 70, y el Dr. Martín-Loeches citó uno de los ejemplos más conocidos: los celos como mezcla de miedo (a la pérdida) e ira (contra el ser amado o el tercero en discordia).

El catedrático de la UCM también abordó cómo influyen las emociones en la cognición, y viceversa.

La maquinaria emocional del cerebro

El Dr. Martín-Loeches, por supuesto, repasó el funcionamiento de nuestro cerebro y qué partes del mismo participan en las emociones, siendo los principales (ninguna es exclusiva para las emociones) el córtex cingulado anterior, el córtex orbitofrontal, el córtex prefrontal, el núcleo accumbens (el principal centro de placer del cerebro), el hipotálamo y la amígdala.

Formaciones del segundo seminario

Además de la intervención del catedrático Manuel Martín-Loeches, el segundo seminario semipresencial contempló las formaciones ‘Causas de conflictos: distorsiones cognitivas, creencias irracionales e irreflexibilidad cognitiva’, por parte del entrenador en Inteligencia Emocional Santiago Limonche; ‘Explorando el constructo de la Personalidad’, por la Dra. Mercedes García; ‘Autoconocimiento y autoestima en la madurez de la personalidad’, por la Dra. Violeta Cardenal; y ‘Desarrollo de habilidades Coaching profesional: Metodología’, de la profesora y coach Concha Hidalgo.

Fuente: Blog Instituto Psicobiológico

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