Al momento de cultivar la memoria es necesario practicar diversas estrategias para hacerlo de la mejor manera posible. Si bien puede que una persona tenga mayor o menor facilidad durante estos ejercicios de memorización, en general es una habilidad que puede tratarse, fortalecerse, a través de una serie de ejercicios.
Uno de los ejemplos clásicos es la presentación de un examen. Abunda mucha información, cuestiones a tener en cuenta, además de la tensión emocional que se generan en estas situaciones. Acá entra en juego la capacidad de concentración de la persona, su potencialidad vinculada con el entendimiento y recursos mnemotécnicos que debe poner en práctica para avanzar de la mejor manera en este tipo de casos.
Esta dinámica se produce, en mayor o menor medida, en diversas situaciones en las que es necesario memorizar información. Para mejorar esto se utilizan técnicas de memorización con el objetivo de generar hábitos que fortalezcan esta habilidad mental.
Las técnicas de memorización son las siguientes.
Asociación de elementos
Consiste en asociar palabras dentro de una secuencia de imágenes, lugares, objetos o personas para facilitar la memorización de listas o un conjunto de cosas. Se trata de que una y otra, a través de las palabras, se conecten.
Usar números
Hay una regla básica en las personas: se guían por secuencias. En ese sentido, ponerle número a distintas cuestiones facilitará que se pueda memorizar eso que interesa. Es similar al método de asociación pero a partir de un orden y sentido numérico.
Un ejemplo: es más sencillo recordar las fases de un proceso cuando se les enumera antes que cuando se nombran de otra manera. Al estar conectados en forma de secuencia es más sencillo conservar el orden.
Usar diagramas y mapas
Este método funciona de manera especial para aquellas personas que tienen especial predilección por las imágenes, por la memoria visual. Los diagramas o dibujos a través de los cuales se conectan con líneas, colores o otras señas diversas ideas simplifica buena parte del proceso. Esto se puede hacer de manera personal en la selección de colores o dibujos, por ejemplo. La idea es que sea lo más familiar posible para la persona para que pueda reconocerlo con mayor facilidad.
Repetición
En ocasiones, al repetir en voz alta una y otra vez la información que se desea memorizar es un buen método. No solo se trata de recordar sino de comprender porque, en muchas oportunidades, cuando se le da la vuelta a determinado concepto o situación, es más sencillo abordarla y tenerla presente para el momento necesario.
La técnica de las mayúsculas
Esta estrategia se basa en escribir las tres primeras palabras del texto que se desea memorizar. Hay dos etapas en este proceso:
– Leer varias veces el textos, fijándose bien en esas palabras.
– Procurar recordar el texto mirando solo las tres palabras señaladas
¿Qué ocurre con esto? Se propicia la memoria a corto plazo y, a través de la práctica, se construye una memoria a largo plazo. La meta es que al final se pueda recordar eso que se estudió sin necesidad de ver las letras o con solo echar un breve vistazo.
Con estos cinco métodos será mucho más sencillo recordar diversas cuestiones. Se trata de práctica, buscar el mejor método entre uno y otro, según las características de la persona y sus intereses. Esto puede funcionar para exámenes, talleres, exposiciones, presentaciones de proyectos, entre otras cuestiones en las que sea necesario memorizar algunas cuestiones.
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