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Estudiar literatura: mejora tu habilidad interpretativa y estimula el pensamiento crítico

Algunas carreras universitarias parecen necesitar justificación permanente en una sociedad consumista que basa la idea del éxito en la acumulación y el efecto inmediato. Si hay algo que el estudio de la literatura no tiene es «efecto instantáneo».

Estudiar filología, letras o literatura comparada nos permite desarrollar habilidades para interpretar no solo los textos, sino también las complejas relaciones sociales que configuran una época dada. La capacidad de pensar críticamente suele menospreciarse, pero podría argumentarse, en términos de marketing, que es en realidad una ventaja competitiva que beneficia tanto al estudioso como a su objeto de estudio.

Veamos qué competencias y habilidades se adquieren al estudiar literatura.

  1. Imaginación e innovación: leer y estudiar literatura abre la mente a otros mundos posibles, a nuevas formas de entender lo cotidiano, a la posibilidad de lo imposible.
  2. Habilidades comunicativas: aprendes a utilizar el lenguaje de manera expresiva y acertada y a transmitir las ideas con consideración por el lenguaje. Esto capacita para comunicar prácticamente cualquier idea de manera eficaz y original.
  3. Pensamiento analítico: leer es un desafío constante: la poesía, la prosa, el ensayo obligan al lector a estableces conexiones, contrastar lo evidente, cuestionar lo que se ve y prestar atención a los detalles. Estas habilidades analíticas son imprescindibles para moverse con confianza en el mundo laboral.
  4. Empatía: la literatura obliga al lector a mirar el mundo desde otras perspectivas, algunas inimaginables, y con ello, intentar comprender las motivaciones para toda clase de acciones. Además, se busca entender cómo se organiza el mundo a través de épocas y lugares alejados.
  5. Comprensión: la literatura enseña las consecuencias de los actos, y la experiencia de otros se añade a la propia para poder anticipar los efectos futuros de nuestras decisiones presentes.
  6. Agilidad: las conexiones imposibles que sugiere la poesía, o las contradicciones que se ponen en evidencia en un relato obligan al cerebro a reaccionar rápidamente y con flexibilidad.
  7. Búsqueda de sentido: sin importar lo posmoderna que sea nuestra identidad, la búsqueda de sentido es una habilidad que permite vivir una vida más plena, en la que los hechos no son independientes de nuestra interpretación de su significado. Alguien que ha leído mucho tiene más herramientas para conectar acciones con significados.
  8. Viajar y aprender idiomas: leer es conocer espacios y tiempos a los cuales no podríamos acceder de otra manera. Si añadimos una capacidad de leer literatura extranjera en su lengua original, el viaje por otros universos está garantizado. Y todo el mundo conoce los efectos beneficiosos de viajar.
  9. Inspiración: la literatura trabaja con el lenguaje, que es nuestra primera herramienta de comprensión del mundo a nivel intelectual. Lo poderoso de la literatura, en contra de otra clase de textos como los periodísticos o los publicitarios, no intenta demostrar ni convencer de nada. El lenguaje literario invoca y sugiere, y por ello dispara la creatividad del lector.
  10. Diversión: disfrutar leyendo es una habilidad que se adquiere con la práctica, que requiere una guía y orientación al principio, pero que rápidamente otorga independencia. Alguien que disfruta con su trabajo es siempre un activo de valor, sin importar cuáles sean sus tareas específicas.

Podemos entender, entonces, que estudiar literatura se sostiene sobre tres aspectos interdependientes. La práctica de las actividades asociadas a cada aspecto crea intelectuales críticos, social y culturalmente sensibles y abiertos a la novedad y la innovación:

  • Aspecto cultural: se trabaja con los textos para comprender y debatir sus temáticas y valores morales. Se trata de comprender no solo lo que el texto sugiere, sino también las formas culturales que reciben ese texto.
  • Aspecto funcional o instrumental: se adquiere la capacidad de distinguir modos de comunicación textual y cómo se construyen con éxito. Se aprenden mecanismos de argumentación y persuasión, y cómo se produce la comunicación intersubjetiva.
  • Aspecto creativo: no solo puede llevar a la práctica de la escritura como profesión, sino que exige una comprensión del pasado para poder introducirse, modificar y expandir una tradición.

 

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