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Experto en vinos: origen y claves para ser un sumiller

A lo largo de la historia ha existido la figura del experto en vinos. De hecho sus orígenes se encuentran en Europa y su función siempre ha sido la misma: recomendar vinos a sus comensales.

Tinto, blanco, rosado… Si te gusta el vino o eres un sibarita a la hora de elegir uno, a continuación te explicamos los orígenes del sumiller, o sommelier en francés, y te contamos los cinco tips más importantes que debe reunir un auténtico experto en vinos.

Los orígenes del experto en vinos

El vino es una de las bebidas alcohólicas más antiguas del mundo junto con la cerveza. A lo largo de la historia de la humanidad fueron muchos los que empezaron a mostrar interés en los distintos aspectos de este brebaje. Uno de ellos es la figura del sommelier, la persona encargada del maridaje y cata de esta bebida alcohólica.

Las primeras referencias de esta profesión se encuentran en los libros de cocina del siglo XVII. El término original es “sommelier”, que proviene del francés y “somme” era el carruaje donde transportaba las cubas y todo el material relacionado con el vino durante los viajes de la corte. Y eso no es todo, ya que antaño existían dos tipos de sommelier. Uno de ellos era el encargado de la bodega, vigilaba que nunca faltasen existencias y servía vino durante las comidas. El otro se dedicaba a la distribución de la ropa del hogar y la cubertería.

En España este experto en vinos se llama sumiller y cada día hay más gente interesada en formarse para ser un catador de vinos.

Cómo ser un experto en vinos profesional

Actualmente podemos encontrar al sumiller trabajando en grandes hoteles y vestido con esmoquin. Allí su función es la de elaborar cartas de vinos, gestionar el stock, llevar la bodega al día y realizar catas y maridajes para los clientes.

Si tu interés por el vino te lleva a dedicarte a ello a nivel profesional, aquí te damos cinco consejos a tener en cuenta:

  • Pasión por el vino. Más allá de su consumo o combinación, amplia tu conocimiento sobre enología y viticultura.
  • Formación continua. Asiste a catas, congresos y sigue formándote para conocer nuevas variedades y novedades que hay en el mercado.
  • No dar lecciones. El cliente es lo más importante, así que en un maridaje o cata aconseja, muestra simpatía y carisma pero sin abusar.
  • Saber comunicar bien. Exprésate con claridad y seguridad delante de tus comensales y responde todas sus duda.
  • No saltarse el protocolo. Si quieres desempeñar un buen papel, sigue en todo momento el protocolo: cómo se presenta el producto, cómo ofrecerlo y cuál es el mejor momento para hacerlo.

¡Por cierto! ¿Sabías que el sumiller también se encarga de maridar cerveza, sidra, aguas envasadas, tés e incluso cafés?

Fuente: Grupo Inenka

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