Una de las tendencias en auge dentro de la actual cultura empresarial es la formación interna o, lo que es lo mismo, formar a los trabajadores de acuerdo a la naturaleza de la entidad. Derivados directamente de conceptos como la formación continua y la innovación, estos planes son ya una realidad en muchas empresas referentes a nivel internacional.
Objetivo: Empresa Inteligente
La formación interna consigue que el trabajador tenga la oportunidad de evolucionar y no se estanque en ningún momento. Mejorando sus habilidades y perfeccionando sus aptitudes mediante cursillos y otros métodos, el empleado tiene la oportunidad de renovarse constantemente y crecer al compás de su entorno.
Esto, en última instancia, posibilita la transformación de la empresa tradicional, convirtiéndose en una Empresa Inteligente: una organización capaz de gestionar y explotar el conocimiento adquirido en cada uno de las actividades que emprende, de innovar y reinventarse, de lograr una total cohesión entre todos los agentes que la forman.
Crear un buen modelo de formación interna requiere dedicar tiempo y recursos e incluso embarcarse en un profundo cambio cultural, pero los expertos en Recursos Humanos consideran que los beneficios consiguen rentabilizar sobradamente el proceso. Está demostrado: estos planes, según queda reflejado en diversas estadísticas, mejoran de forma notoria el funcionamiento de las organizaciones a corto plazo, abriéndole nuevos horizontes e incluso líneas de negocio.
Algunos ejemplos de formación interna
Para que estos planes sean efectivos, se han aplicado, desde metodologías propias de videojuegos –gamificación-, como es el caso de Siemens (creó un juego inspirado en el popular FarmVille, para conectar a todos los empleados), hasta la inclusión de sofisticados sistemas de aprendizaje virtual e-Learning, incrustados dentro del media center de la empresa y a través del cual los trabajadores pueden llevar a cabo itinerarios tales como el curso formador de formadores o un curso riesgos laborales.
La digitalización y la transformación de la sociedad, ha traído consigo una disyuntiva para las grandes empresas: renovarse o morir, adaptarse a los nuevos tiempos o que éstos atropellen el negocio. Y la educación, de nuevo, se ha posicionado como la opción idónea para completar con éxito el proceso.
