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Guía práctica sobre tipos de calzado

En el mundo del calzado existen muchos tipos de zapatos dependiendo de su función y su forma: pueden ser elegantes, informales, deportivos, etc., pero también pueden resultar cómodos, incómodos, de moda o desfasados. Por ello, hoy, en San Anastasio Design School vamos a analizar los tipos de calzado más frecuentes y las pistas para poder evaluar tus propios zapatos.

Principales tipos de zapatos

La clasificación del calzado depende de factores muy diversos en términos de objetividad y subjetividad, por lo que su tipología puede ser interminable. De esta manera, queremos proponer una guía práctica de los zapatos que podemos encontrar según sus características.

1.   Tipos de zapatos según su utilidad.

Dependiendo de la utilidad a la que destinemos el zapato, este puede tener una forma y una función diferente. En este primer apartado atendemos a su uso: hay tantos tipos de zapatos como actividades que se pueden realizar, por lo que encontramos aquí todo el calzado deportivo y, dentro de este, el específico de cada deporte en particular, pues no es lo mismo jugar al fútbol que hacer montañismo. De la misma manera ocurriría con otros ámbitos como el relacionado con el baile, el uso diario, o las distintas profesiones.

2.   Calzado según temporada.

Funcionalmente hemos visto en el anterior punto cómo el calzado varía según para qué lo utilicemos, pero también elegimos un tipo de zapato u otro dependiendo de la temporada en la que nos encontremos. Las chancas y sandalias, frescas y de material más blando, las utilizamos en verano y, de la misma manera, las botas altas y zapatos de piel, son más frecuentes en invierno.

3.   Zapatos según material.

Dentro de la función del calzado, también es interesante conocer y elegir los tipos de zapatos según su composición, ya que el material con el que esté hecho influye en nuestra comodidad y salud. De esta manera, también podemos clasificar el calzado por cómo esté confeccionado. Los más habituales son los zuecos de madera, las cuñas de esparto, las chanclas y las deportivas de goma, las botas y zapatos de piel o polipiel, las zapatillas de tela, etc

4.   Por nombre, modelo o estilo.

En el mundo de la moda muchos son los nombres que nos suenan cuando hablamos de zapatos. ¿Quién no ha escuchado hablar de unas botas Dr. Martens o unos llamativos Manolos? O también podemos referirnos a unas WedgeBooties, unas bandanas, unos náuticos, o unas alpargatas. Como vemos, las tendencias en la moda también pueden ayudarnos a clasificar y crear nuevos tipos de calzado.

¿Cómo evaluar nuestro propio calzado?

Seguramente ahora te estés preguntando si el calzado que llevas es práctico o adecuado para el uso que le estás dando. No te preocupes, te damos cuatro claves para poder evaluarlo:

– Flexibilidad y comodidad.

Valora la capacidad de flexión del zapato. ¿Es blando o demasiado rígido? ¡Descártalos!

Hay que buscar un material que nos ofrezca un punto intermedio para poder tener comodidad y no dañar el pie.

– Forma de la suela.

Asegúrate del grosor de la suela: si es demasiado blanda, la amortiguación generará estrés a los tejidos de tus pies y se traducirá en dolores y fatiga.

– Sujeción.

Comprueba que el calzado se queda bien atado y sujeto al pie. Lo importante es que se adapte a su forma y deje, como mínimo, unos 0,5 centímetros de espacio entre el dedo más largo del pie y el zapato.

– Estado del contrafuerte.

El contrafuerte es la pieza situada detrás del zapato, en la parte posterior. Es imprescindible para evaluar un zapato. Para evitar problemas, debe ser rígido y bloquear cualquier desplazamiento lateral del pie.

Ahora que ya sabes cómo evaluar tus zapatos, ¡ya puedes diseñar el mejor calzado!

 

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